Más allá de grandes nombres que se han hecho un hueco en el panorama internacional (Paolo Sorrentino o Luca Guadagnino), el cine italiano vive una buena época, con directores muy jóvenes y varias películas presentes en el circuito de festivales internacionales. Cuori puri viene a ser un buen ejemplo de ello, al ser la ópera prima del joven director Roberto de Paolis y haber estado presente tanto en la Quinzena de los realizadores de Cannes como en el festival de Sevilla.
Cuori puri se puede definir como una historia de amor, un pequeño romance entre un chico malo de barrio y una joven inocente católica. Pero también es una historia de dos personas arrastradas por sus circunstancias, que quieren pero no consiguen salir del cliché, del puesto que ha reservado para ellos la sociedad. Tanto Selene Camarazza (mejor actriz en el festival de Sevilla) como Simone Liberati consiguen construir dos personajes frágiles, llenos de rabia y contradicciones; dos jóvenes normales en definitiva.
Es sorprendente que la película cuente hasta con cuatro guionistas, algo muy poco habitual en el cine contemporáneo, obsesionado por el personalismo y la visión de ‹auteur›. La película no se resiente por ello, sino que logra integrar las diferentes visiones en una obra más bien compacta, con pocas tramas, y humilde en sus pretensiones. Se trata de un drama más bien clásico, que parece querer evitar excesivas filigranas en la puesta en escena, más allá de mantenerse siempre cerca de los personajes que retrata. Cuori puri destaca por su voluntad de desprenderse de los tópicos desde prácticamente la primera escena, en donde la chica buena católica roba un móvil y es perseguida por el chico malo de barrio.
Aunque la inclusión de temas como el racismo, o el típico conflicto entre obreros y lumpen puede resultar forzado en ocasiones, es cierto que sirve como un fondo para reflexionar sobre el entorno de los protagonistas. La película puede pecar de poco ambiciosa y algo temerosa de dar el protagonismo absoluto a sus personajes, ya que pierde demasiado tiempo en tramas y conflictos secundarios algo redundantes. Sin embargo, estamos ante una film que ahonda en la capacidad del ser humano de encontrar algo bueno en lo que parece malo y viceversa. Así, halla sus mejores momentos en las miradas a los ojos entre polos enfrentados: Agnese y Stefano, éste y su padre, o entre diferentes comunidades, pese a que flote en el ambiente un clima de violencia a punto de estallar.
Si bien hay varias escenas en la película donde se puede caer en el exceso, en lo artificioso y lo sensacionalista, Cuori puri es un film que nos hace pensar sobre si existe la posibilidad de fraternidad entre personas de diferentes etnias, clases o religiones, sobre si el entorno en el que crecemos determina nuestra vida. Es también una historia de amor difícil, con un final abierto que busca cuestionar nuestras creencias aprendidas y prejuicios. Una película de personajes, en la que hay que destacar especialmente el debut de una actriz, Selene Camarazza, a la que habrá que seguir la pista en los próximos años.