La propuesta de la cineasta Agnieszka Smoczynska no ha dejado indiferente a su paso por el Festival de Cine Europeo de Sevilla. Su mezcla de géneros, su desparpajo para combinar tonos y su irónica mirada ha terminado por convertirla en una indispensable en mi lista, sabiendo que desde hace semanas se esperaba la cinta The Lure (Córki Dancingu) con cierta expectación.
Estamos en la Varsovia de los años 80, en una sociedad que aún vive los que serán los últimos años del comunismo mientras se refugia en los cabarets de la capital polaca. De pronto, una noche, dos chicas de aspecto casi adolescente aparecen en la orilla. Son dos sirenas que hipnotizan a sus presas con angelicales canciones antes de comérselos.
La reacción lógica de una mujer que pasa por ahí es asustarse, pero tras el incidente, ve un mundo lleno de posibilidades. Así, las dos chicas, Oro y Plata, acaban siendo contratadas para cantar en uno de los cabarets gracias a sus voces y al negocio que supondrá ver sus colas marinas.
Nos sumergimos en el ambiente de la noche, salpicados de momentos musicales con luces de neón y sonidos electrónicos (tal vez por ello, ha sido muy erróneamente comparada con algunas de las cintas más famosas de un director como Nicolas Winding Refn), mientras se atisba en el horizonte un incipiente romance entre una de las sirenas y el bajista del grupo que toca cada noche, salpicado de momentos de terror, rebozado con un maravilloso sentido del humor y donde el drama hace acto de presencia en la parte final de la película.
¿Funciona esta mezcla explosiva de géneros y tonos? Pues la verdad es que no todos los géneros acaban resultando satisfactorios y su mezcla en ocasiones no está bien llevada. Lo que nunca deja de abandonar al relato es una constante sorpresa ante lo que acontece en pantalla. Y también, desgraciadamente, por momentos la película es una sucesión de escenas que se atropellan entre ellas.
A pesar de estas pegas, The Lure es una más que interesante propuesta con un humor negro muy bien llevado, con unos personajes alocados y donde la lógica interna del relato ancla la locura a cotas plausibles. Y siempre te pilla por sorpresa. Cuando parece que la experiencia se va a quedar entre una comedia y un musical de pronto te asalta con un terror ligero y litros de sangre. Si por el contrario parece que se vuelve más oscura, nos regala una mirada sobre el romance más que acertado. Y es que la obra de nunca deja de descolocar al espectador y ahí alcanza una de sus mejores cualidades.
Dejando el envoltorio a un lado, la obra funciona gracias a la relación que se establece entre los personajes, sobre todo entre las dos sirenas y los dos caminos opuestos que les llevan incluso a enfrentarse. Mientras una de ellas sólo vive su nueva situación como algo pasajero y entre canción y canción se come a los clientes del local o incluso a una oficial de policía, la otra decide abandonar sus instintos más básicos para encontrar el amor en un hombre, aunque esto suponga perder su condición de sirena, quedarse sin voz para cantar o incluso condenarse a desaparecer. Y es que, como en toda buena obra con un monstruo de por medio, al final dicho monstruo acaba siendo más humano que los propios humanos.
Ambas llevan hasta las últimas consecuencias su elección y la cineasta polaca no las juzga por ello. Son más bien los seres humanos quienes aparecen retratados de forma patética y quienes destruyen con sus caprichosas acciones la débil armonía que había en el club y en la vida de nuestras dos simpáticas y peligrosas sirenas.
Al final y sin olvidar ninguno de los géneros comentados anteriormente, la cinta nos lleva al drama romántico en un tramo final para el recuerdo. Y es que manda narices que lo que parecía una cinta loquísima termina en una escena de inusitada tristeza, donde las dos protagonistas se enfrentan a ellas mismas y deben tomar la decisión sobre quienes son, su condición natural o enfrentarse a sus mayores miedos.
En definitiva The Lure es una película a ratos fallida con un conjunto muy descompensado, pero con escenas y situaciones muy bien llevadas y con unas protagonistas definidas de manera sencilla aunque con un sorprendente poder cautivador.
Recomendable.