En un momento concreto de la proyección de Heavysaurios miré a mi alrededor. La sala estaba abarrotada. Casi todos eran niños, acompañados de sus progenitores. Los pequeños movían las cabezas acompañando a la música. En la pantalla, una pandilla de dinosaurios (y un dragón) seguían tocando Heavy Metal.
Si piensas que dinosaurios y Heavy Metal no es una combinación ganadora aquí llegan los finlandeses a demostrarte que estás equivocado. De todas formas la película Heavysaurios es sólo la progresión lógica de un fenómeno que arrasa en todo el mundo, donde destaca una serie de televisión o las giras de una banda que ya es tomada totalmente en serio en el circuito musical.
Así que ahí estaba yo, rodeado de críos entusiasmados que aplaudieron a rabiar al final de la proyección. La película sigue las andanzas de unos dinosaurios en la búsqueda de un nuevo hogar. Narrativamente es un caos, una sucesión tras otra de situaciones, mostradas de manera atropellada, condensando una historia que no sabe muy bien a donde va. Y sin embargo, funciona.
La cinta tiene un ritmo endiablado, «sólo pausado» por las actuaciones musicales de los protagonistas. Dudo que los peques puedan asimilar la cantidad de información que lleva a los personajes de A a B y vuelta a A, pero no sería la primera vez que menosprecie la capacidad de un niño para entender una película y acabé chamuscado. De todas formas, sus responsables se esfuerzan por hacer un producto divertido para todos los públicos. Los dinosaurios están descritos con apenas unas pinceladas, donde recordamos quien es quien por el peculiar físico de cada uno más que por su acciones. Si acaso, actúan como un conjunto, sea de músicos o de dinosaurios, donde poca variedad muestran entre ellos, salvo el cantante, al que llamaré el dinosaurio pelirrojo. Porque si puede existir un dinosaurio que cante Heavy Metal, puede existir un dinosaurio pelirrojo.
Probablemente la película de Heavysaurios es sólo una pieza más de un mundo particular con sus propias reglas establecidas y la manera de acercarse por primera vez a este universo no debiera ser el formato del largometraje. Al fin y al cabo el largometraje no es más que la extensión de la serie y esta de la banda de música.
Lo que podría haber sido una «cutrez extrema» se convierte en una aceptable cinta para niños gracias a las divertidas situaciones y sobre todo porque en ningún momento del largometraje deja de sorprenderte lo que estás viendo. el cineasta Pekka Karjalainen, experimentado sonidista desde hace casi 20 años y también colaborador del guión de la obra, crea un producto casero, de bajo presupuesto, pero que no desentona con la propuesta, por mucho que el guión sea un caos al que al final se le acaba pidiendo la hora y cinematográficamente parezca que su función se limite a poner la cámara para captar a los personajes. Sólo en los momentos musicales parece demostrar que puede a legar capturar una atmósfera determinada.
Creo que su condición de rareza terminó de agrandar mi impresión sobre el filme, al fin y al cabo disfruté más viendo a una niña hacer el gesto de los cuernos con una mano mientras gritaba «Rock and Roll» que de la propia proyección. Sí, es posible que si existieran decenas de películas como la presente no habría sorpresa y por tanto estaríamos ante otra cinta infantil con valores morales y éticos de andar por casa. Pero tampoco habría que dejar pasar por alto como los responsables de la cinta se han refugiado en los años ochenta y principio de los noventa para enfocar su proyecto, con esos trajes de goma espuma que recuerdan y mucho al de Las tortugas Ninja (en la primera los trajes eran más que aceptables, en las secuelas posteriores el asunto se les fue de las manos), donde el digital sólo está presente en los ojos de los saurios. En una cinta donde la acción es mostrada de manera casera y donde los responsables prefieren enfocarse en las aventuras entre los dinosaurios y un niño y una niña de unos 10 años. Porque una vez descartado todo lo que no es (y como cinta de acción es pobre), habría que entender a la cinta como una película infantil de aventuras. Sí, lo más lejos que llegan nuestros protagonistas es al centro comercial de la esquina, pero no deja de ser una aventura.
Además, salen dinosaurios tocando Heavy Metal, ¿lo he mencionado ya?