Pocas temáticas han resultado en ocasiones más atractivas que las de un conflicto internacional para intentar buscar siempre un rincón más humano o, por contra, deshumanizador de guerras que en no pocas ocasiones afectan a población civil. En el contexto mismo de L’Alternativa, hemos podido ver una cinta como 5 Broken Cameras, donde el cámara Emad Burnat decidía reflejar las raíces de este conflicto a través de las diferentes cámaras que daban vida a los distintos episodios de su vida durante ese conflicto palestino que, desgraciadamente, todavía perdura a día de hoy.
Sin embargo, la visión de Igor Drljaca dista mucho en su The Fuse: or How I Burned Simon Bolivar de otras inmersiones en uno esos enfrentamientos, y aunque nos sitúa en el marco de la guerra de Bosnia, más concretamente en la ciudad de Sarajevo, su búsqueda se contempla como la más inocente de todas, pues sirviéndose de una mirada desprovista de malicia, la de un niño, lleva al espectador a un universo donde todo se observa con un punto de ingenuidad que desarraiga la obra de cualquier viso de dramatismo que pudiese tener, y consigue construir una propuesta de lo más sugestiva donde el interés no reside por una vez en lo real y cercano que pueda resultar todo.
No se aleja Drljaca de una óptica realista que en esta ocasión podría parecer un documental, pero que sin embargo nos lleva al corazón de la obra haciendo uso de una especie de ‹home movie footage› (esto es, ‹found footage› casero), y en consecuencia insinuando los orígenes ficcionados de la cinta que, combinando incluso lo que parecen ser imágenes de archivo, y mediante la voz en off de nuestro protagonista, quien describe con simpatía (siempre gracias a esa perspectiva) demuestra habilidad e inteligencia en la forma de administrar sus recursos.
Así, la historia de un infante que no quiere volver a su escuela nunca más para no conocer su nota de arte, se transforma en una radiografía de la guerra de Bosnia desposeída de toda gravedad que, además de ofrecer la otra cara del conflicto, la de aquellos seres que con seguridad son los más inocentes en una guerra de estas características, construye a su alrededor un relato sincero que nos habla sobre muchas otras cosas que quizá no tienen tanto que ver con el enfrentamiento, pero resulta un auténtico placer contemplar en uno de esos documentos que ofrecen la cara más simpática de una situación que no las suele tener, sin hacer banal algo que en The Fuse: or How I Burned Simon Bolivar queda reducido a la mínima expresión ante la imaginación y perpetua sonrisa de alguien que ni siquiera sabe lo que está viviendo.
Larga vida a la nueva carne.