Zev es un anciano con alzheimer que acaba de enterrar a su esposa. Durante el improvisado funeral realizado en la residencia de ancianos, su compañero Max le entrega una carta con una tarea que Zev se comprometió a realizar. ¿El objetivo? Escaparse de la residencia e intentar encontrar al nazi que mató a su familia en el campo de concentración de Auschwitz donde estuvo preso.
Así es Remember, la nueva película de Atom Egoyan, cineasta que se ha labrado una prolífica carrera cinematográfica en Canadá con trabajos como Exótica o El dulce porvenir, un tipo que en pocas ocasiones ha sido encumbrado en las listas de los directores a seguir pero que tiene su importante nicho de fans. Remember es, además, un nuevo trabajo en la línea de thrillers que Egoyan inició en 2009 con Chloe y que ha proseguido en los últimos años con Condenados y Cautivos, por lo que también se puede interpretar a modo de una apuesta más por darle un giro de tuerca al género.
En este caso, el aroma a thriller no se siente durante las primeras escenas de la cinta, que transmiten principalmente compasión por la fragilidad física y mental del protagonista y no la intriga necesaria acerca de la misión que tiene que llevar a cabo. Este suspense se irá administrando en dosis cada vez más contundentes, alcanzando su cuota máxima de interés al adentrarse Zed en cierto hogar, momento a partir del que la trama va claramente encaminada a un clímax final que quizá busca ser demasiado llamativo.
Remember pretende poner de manifiesto ciertas heridas que, aunque parezca mentira, tres cuartos de siglo después aún no han cicatrizado. Muchos nazis responsables de crímenes antes y durante la Segunda Guerra Mundial se buscaron una nueva vida en un sitio alejado de su país sin que nadie les interpelara para que respondieran por las atrocidades que cometieron. Egoyan, habilidoso, enlaza este asunto con pequeñas pero ácidas críticas al uso de las armas en Estados Unidos.
El carácter plurinacional de Egoyan (nacido en Egipto, de origen armenio y residente en Canadá) quizá sea una de las claves para que Remember no tenga la más mínima intención de ponerse a hacer propaganda. De hecho, muchas de las secuencias destilan una negrura particular que contribuye a reducir el trascendentalismo de la obra y situarla en un entorno más sugerente, evitando que la trama se enquiste y otorgando una nueva marcha al ritmo del film.
Además de Egoyan, es necesario hablar de otro hombre importante en el devenir de la película como es Christopher Plummer, actor canadiense que a sus más de ochenta años de edad sigue llevando una jubilación más que decente (recordemos Beginners o su certero papel en la Millennium de Fincher). Aquí nos deja una interpretación a la altura de lo que cabría esperar, con unos andares y temblores en la mano que parecen lógicos en una persona de su edad, pero con una mirada tan férrea y una voz tan potente que su personaje no puede menos que infundir el respeto necesario como para no confundir el destino de la obra, que poco a poco va desembocando en un thriller más reconocible.
Remember es una película que se digiere con una facilidad extraordinaria, ya que sólo su más pausado inicio contrasta con un nada lento desarrollo de los acontecimientos —algo por otra parte lógico, ya que sólo son 95 minutos de cinta—. Pero no hay que llevarse a engaños, ya que la obra de Egoyan tampoco está tan vacía de contenido como para pensar que su única meta es tejer una trama ciertamente básica en su desarrollo o sorprender en un curioso desenlace, ya que lo original del planteamiento y la diversidad de temas que sutilmente se tratan a lo largo del metraje la convierten en una película más que interesante.
Es muy buena pelicula el final es increible