One Breath fue la película que clausuró el 53 Festival Internacional de Cine de Gijón. Allí estuvo su director, un Christian Zübert que, en su séptimo largometraje, nos habla de la relación entre Alemania y Grecia a través de una inmigrante helena que acude a trabajar a tierras germanas. En Cine Maldito tuvimos la oportunidad de entrevistarle junto a nuestros compañeros de Cinemaadhoc para que nos contara los pormenores de su último film.
En la primera parte de One Breath se habla bastante sobre la crisis en Grecia. Aparte de lo que es el thriller, ¿tenías pensado introducir este asunto político en la película?
Hace unos meses se habló mucho en los medios de comunicación sobre esta cuestión. Ahora mismo ha quedado en un segundo plano por la crisis de los refugiados, así que la crisis griega no es el gran asunto como sí lo fue hace medio año. Creo que Alemania no se comportó realmente bien durante la crisis, ya que estuvo (PATRONIZING) a Grecia antes de darles el dinero. No estoy de acuerdo en cómo Alemania actuó. Yo creo que ahora, en Alemania, el público en general cree que Grecia actuó de una manera irresponsable y que todavía tienen que pagar por ello, así que la situación no es para nada agradable.
¿Y eso lo ves reflejado en la película a través de la relación entre las dos mujeres?
Sí, se convirtió de repente en un aspecto importante de la película, es como una alegoría de la relación entre Alemania y Grecia. Pero para mí lo principal es que seguimos a las dos mujeres en su vida personal y nos implicamos emocionalmente con su destino.
En relación con esto, me gustaría saber si tenías claro desde el principio que querías narrar las dos historias por separado o lo decidiste según escribías.
Lo decidí cuando estaba escribiendo. En un principio, durante el primer borrador del guión, quería seguir sólo la historia de la mujer griega y permanecer con ella todo el tiempo. Pero al ir escribiendo y al llegar al momento en que la niña desaparece, creí que sería bueno tener algo de perspectiva sobre el tema y saltar a la historia de la mujer alemana.
¿Y cuál es la razón para ello? ¿Tienes algún referente o simplemente te resulta más cómodo que con una narración lineal?
No creo que sea más fácil hacerlo de esta manera, de hecho creo que es más complicado porque tienes que tener cuidado para que las dos piezas permanezcan unidas y no se rompan, porque se trata de dos historias que pertenecen a una misma película. Por supuesto que hay películas que no siguen una misma línea narrativa, pero no sé si estrictamente hay alguna que ofrezca dos perspectivas como One Breath. Tienes películas de este tipo como Babel o Crash, pero no son exactamente iguales.
Respecto a esta doble perspectiva, ¿cómo lo hiciste para dar a las dos mujeres su espacio y no otorgar mayor protagonismo a una de ellas?
Fue sobre todo un trabajo de montaje. Trabajamos para editar y cortar escenas de manera que lográramos un equilibrio. A veces, si añades más segmentos de un personaje parece que te interesa más, por eso tratamos de encontrar este punto intermedio.
¿Tenías claro que las mujeres debían ser quienes llevaran el peso de la película?
Sí. Esto me interesaba bastante, así que lo tuve planeado desde el principio. No puedo decir el porqué; a veces, cuando piensas en una historia o una película hay algo que te intriga, una razón que te interesa mostrar. Me guié intuición, y por eso no lo puedo explicar, es como cuando te enamoras de alguien y no sabes la razón de ello.
He leído que una de tus influencias cinematográficas es el neorrealismo italiano. ¿Cómo ha influido esta corriente en One Breath?
Básicamente, diría que lo que me gusta en las películas es ver la vida cotidiana de la gente, la realidad que nos rodea y no sobre agentes secretos que tratan de salvar el mundo o extraterrestres que beben cerveza; por supuesto que es algo que puedo disfrutar, pero lo que a mí me gusta es contar historias sobre el mundo en el que vivimos. Y el neorrealismo italiano hizo esto, arrojar algo de luz sobre nuestras vidas.
A raíz de esto, me gustaría saber si las historias que vemos en One Breath están basadas en algún caso real que hayas vivido o leído…
No están basadas en un caso real concreto, de hecho la cuestión de la niña desaparecida es pura ficción que me he inventado. Pero para construir el personaje de la chica griega investigué y me basé en los relatos de muchos jóvenes griegos que habían emigrado a Alemania para trabajar. Y lo que sucede con la pareja alemana lo he extraído de observaciones que he realizado en la calle con amigos o familia. Por tanto, es una mezcla de lo que observo en la realidad y que he tomado para construir mi propia realidad cinematográfica.
Toda Europa habla de la robustez económica alemana, pero… ¿Esto también se refleja en la industria cinematográfica?
Diría que sí. Conste que no he trabajado en otros países europeos, me baso sólo en lo que he escuchado. Pero creo que en Reino Unido, Francia y Alemania es más sencillo encontrar financiación para hacer películas que en otros sitios. Sé que en Grecia la cosa está muy difícil, tienen que hacer largometrajes con un presupuesto de unos 80.000 euros. No sé en España, pero he escuchado que tampoco es fácil.
Quería preguntarte por el Festival de Gijón, si ya lo conocías de antes y si sabes la trayectoria que One Breath va a tener a partir de ahora, tras clausurar este FICX 53.
He ido a varios festivales, como los de Toronto, Tallin o Estocolmo pero nunca había estado aquí. Creo que el de Gijón es un buen festival de cine según me han contado, no puedo decir mucho más porque sólo llevo un día aquí, pero la gente es muy amable y hospitalaria. Así que no me arrepiento de venir aquí, de hecho estoy muy alegre de que mi película sea la que clausure el festival.