Life (Anton Corbijn)

Life

Life, como la famosa revista (ahora parte digital de Time), la revista que significaba vida. Vida, como la que perdió prematuramente James Dean y la cual se ha pretendido estrujar desde que dejó de tenerla. Un mito que deja un legado cinematográfico escaso y leyendas sobre excesos, amarguras y personalidad profunda. Una imagen en la que supuestamente muchos se miraron por su rebeldía y una forma de actuar que, tanto dentro como fuera de la pantalla, parecía pretender cambiar algunas cosas.

A ciertas personas famosas, a las que se reconoce por la calle y se les pide hacerse alguna foto, se les ha colgado el sambenito de ser groseras, maleducadas, gentuza o bordes, por el simple hecho de no aceptar dicha petición. Claro, es el precio de la fama, dicen, un precio que pagan por un supuesto sueño que tenían en mente. Como si al cumplir su sueño hubiesen comprado algo y encima a un precio desorbitado, que trae consigo saludos amables y positivos y también algún reproche por no hacer lo que deberían, en contra de su posible estado de ánimo. Y si encima tienes éxito de veras y estás vivo, prepárate para que se generalice la opinión negativa a tu respecto.

En cambio, si te has muerto antes de tu éxito, o a mitad de él, prepárate —es una forma de hablar— para recibir halagos y para que se vanaglorie tu actuación, presencia, tu mal carácter, y se revalorice tu visión contradictoria de la vida. Tanto tu incapacidad o inmadurez para sobrevivir al éxito deliberado de tus actuaciones, como tu actitud vital serán convertidas en parte de tu esencia como una persona interesante, destacada y hasta sobresaliente en todas tus facetas. Ya no importa lo que fuiste, porque has muerto, importa la imagen que de ti se representa y se concibe globalmente.

Life

Y es que la misma gente que hace apuestas sobre la fecha de tu muerte para ganar un iPad y se ríe de tus excesos y locuras, te llorará el día que te mueras y te valorará después por tu carácter nunca conformista. Fuiste un incomprendido y ahora muerto todo el mundo te comprende. Al menos tienes esa suerte, tu vida se recuerda, pues hay otros famosos muertos prematuros que ni han llegado a eso (Natalie Wood, no te pasó lo suficientemente joven). Da igual si una de tus más famosas películas vista hoy día sea tan ingenua que roce el ridículo, habrá gente que siga viendo en ella un símbolo, como lo ven en Desayuno con diamantes, a pesar de su desfase y egoísmo tan intrascendental y ahora tan trascendente.

Da igual, porque la gente buscará en ello profundidad. James Dean tenía algo en la mirada, lo dice Robert Pattinson recreando las palabras del fotógrafo Dennis Stock; hay algo y ese algo es especial, casi se diría que esencial en su generación. Quiere hacer algo distinto, y vaya si lo hizo: fotografió a una futura estrella y lo hizo de forma distinta a lo que se veía entonces. Esto es, dos personas especiales se juntaron y crearon algo nuevo, distinto, personal y muy atractivo. Unas fotos que ayudaron a agrandar la leyenda del actor y que proporcionaron un gran futuro a su autor.

¿Amistad? Tal vez ambos la tuvieron, pero si la hubo Anton Corbijn la crea con calzador. Uno sólo ve a un hombre aprovecharse de otro para el beneficio personal mientras se exaspera con su personalidad, y a otro que se siente solo y se aprovecha de la ambición del anterior. Juntos hablarán de algunos temas personales, uno de ellos muy profundo que a mí me aburrió un poquito porque pensaba en Pattinson comiendo como un cerdo (el hambre de no haberse comido a Bella a tiempo). ¿Interés? Hombre, claro, siempre que seas un gran seguidor de los actores, de James Dean o de las interioridades del mundo hollywoodiense; nada dañino. ¿Buena? Correcta, la verdad. No te cambiará la percepción del personaje principal ni te la agrandará (tampoco la disminuirá). Es un producto tan intrascendente que a su lado Control (2007) es una obra maestra llena de vida, de complejidad y de color.

Life

Todavía estoy buscando eso que tiene dentro el tal James Dean de la película (madre mía, Dane DeHaan, qué colleja tienes). Aún estoy buscando qué es lo que habrá dentro de Life, pues no es vida, ni tampoco es amistad, ni siquiera es un retrato de los personajes construido con firmeza… es un simple “cómo se hicieron estas fotografías”. Si la gente fuese justa, a esta cinta le darían la misma caña que a On the Road (2012), por su languidez en todos los sentidos y por tener unos personajes tan carentes de atractivo, con lo supuestamente atractivos que son (fueron y serán).

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