El original | Insomnia (Erik Skjoldbjaerg)

En el año 2002, el ínclito Christopher Nolan dirigía Insomnio. Se trataba del siguiente proyecto del británico tras haber conquistado a la crítica y al público de todo el mundo con su aclamada Memento. La cinta contaba con un reparto espectacular encabezado por el legendario Al Pacino, y seguía la línea de esos thrillers psicológicos que plagaron las pantallas de cine hace unos años tras el éxito alcanzado por cintas como Se7en o El silencio de los corderos. Un punto quizás menos conocido alrededor de esta obra menor de Nolan es el hecho de que la misma fue un remake de una cinta noruega dirigida a finales de los noventa por Erik Skjoldbjaerg. Película que exhibía un talante noir típicamente nórdico caracterizado por esas frías y malsanas atmósferas tanto a nivel ambiental como sobre todo en un sentido introspectivo, punto muy del gusto por tanto de las para nada pensantes mentes de los productores de Hollywood.

Insomnia

Quizás el hecho de que la Insomnia estadounidense no alcanzara los resultados esperados por los aficionados al cine de suspense haya tapado en cierto sentido las virtudes de un original que emerge como un entretenido y espléndido policíaco tiznado igualmente con unas estupendas gotas de drama psicológico así como con unos impactantes ingredientes de terror onírico. A este ya de por sí atractivo planteamiento se une una gélida y poderosa fotografía cuyos helados contornos estimularán los sentidos del espectador así como la presencia en el elenco del siempre eficaz Stellan Skarsgard, cuya omnipresente estampa soportará en buena medida el hilo narrativo repleto de suspense cocinado por el aquel entonces debutante Erik Skjoldbjaerg.

De este modo la cinta arrancará mostrando una propuesta que evoca al Twin Peaks de David Lynch en el sentido de iniciar la trama con la llegada en avión a una pequeña población noruega de dos policías del servicio especial de investigación. Así conoceremos al gélido Jonas (Stellan Skarsgard) y a su veterano compañero de aventuras Erik, un funcionario que muestra una personalidad mucho más abierta y humana que la de su insensible colega de fatigas. El motivo del arribo de estos dos investigadores será la indagación de un terrible caso de asesinato: el de una adolescente cuyo cuerpo ha sido hallado en deplorable estado. El carácter seco y distante de Jonas se ligará con un caso del pasado que enturbió su hasta ese momento inmaculado expediente. Y es que Jonas fue descubierto manteniendo relaciones sexuales con una testigo implicada en un complejo caso asignado al detective.

Insomnia

La cinta recorre en sus primeros compases el típico camino de un policíaco de serie, perfilando el rostro de los protagonistas así como el de una serie de sospechosos que serán sometidos a los característicos interrogatorios. Sin embargo, Skjoldbjaerg romperá el curso normal de los acontecimientos gracias a una sorpresa que estallará súbitamente. Así, en la ejecución del plan de captura del asesino diseñado por el perspicaz Jonas, el sospechoso huirá de la trampa que le han tendido a través de un misterioso pasadizo que termina en un nebuloso paraje. Con tal mala suerte que en medio de la persecución policial Jonas confundirá la estampa de su compañero Erik con la del prófugo, causándole accidentalmente la muerte de un certero disparo. Pero la creencia de los compañeros de Jonas que fue el sospechoso el causante de la muerte del bondadoso Erik inducirá al astuto Jonas a ocultar la verdad de lo acontecido. Omisión que suscitará un terrible tormento interior en el policía avivando su sentimiento de culpa a medida que la investigación va dirigiendo sus pesquisas hacia un sinsentido que pondrá bajo las cuerdas la propia cordura del agente.

En este sentido, Skjoldbjaerg teje una obra impactante y enfermiza, totalmente alejada pues de esos policíacos que hacen descansar su poder de atracción en ese suspense que brota mediante la narración de la investigación policial. De este modo el esclarecimiento del caso dejará de ser el punto más interesante de la película, centrando por ende el peso de la misma en los aspectos psicológicos ocultos en la enfermiza mente de un protagonista que poco a poco va degradando su aquiescencia hacia un estado de enajenación más propia de un psicópata asesino. Así, el cineasta noruego insertará toda una serie de escenas de tono onírico/surrealista que elevarán el misterio en una doble vertiente. Ya que por un lado contemplaremos los intentos de Jonas por ocultar su crimen como una especie de rama que surge del crimen principal objeto de investigación y asimismo contemplaremos el avance de las pesquisas que llevarán a la resolución del misterio inicialmente planteado —el del asesinato de la adolescente—. Dos crímenes que viajarán en paralelo, embarcando al espectador en un asfixiante viaje donde no sabremos hasta el final si quien se esconde tras el rostro de ambos asesinos será un Jonas totalmente poseído por la culpa y la esquizofrenia.

Insomnia

Sin duda, Insomnia supuso un brote de aire fresco dentro del encorsetado universo de los thrillers psicológicos producidos en la última década del siglo XX. Así, el film no plantea esa lucha entre el bien (representado por los investigadores) y el mal (bajo el perfil de un psicópata asesino) tan trillada en las cintas policíacas originarias de los años noventa. Y es que en Insomnia, el bien y el mal adoptan la misma apariencia viajando sin rumbo de un lugar a otro sin ningún tipo de peaje. Uno de los puntos más seductores por tanto del film resulta su exquisita dicotomía, puesto que Skjoldbjaerg radiografiará una sociedad enferma en la que no cabe hueco para el oxígeno ni la honestidad. Una honestidad que ni siquiera cultivarán esos adalides del orden y la seguridad ciudadana que representan los funcionarios de policía. A ello ayudará una fotografía seca, poderosa y bastante cruda que capta a la perfección el ambiente inhumano que sirve de escenario donde verter la trama. Y es que el único personaje simpático que asoma el rostro en el film —el amable Erik— será aniquilado sin paliativos por Jonas, adquiriendo pues este homicidio la forma de una especie de parábola del cruel destino que espera a esa parte de la sociedad que opta por dejar de lado la corrupción y la ambición como dogmas de vida.

Por tanto, la cinta emergerá como una pesadilla magníficamente realizada por un novato Skjoldbjaerg, que sabe imponer un ritmo seco y sosegado que en ningún momento cae en terrenos tediosos. Una obra trazada con unas ambiciosas intenciones de denuncia que muestra las vacilaciones presentes en el ser humano en aquellos momentos en los que su tranquilidad y quietud están en serio peligro de ser alterados. Y es que Insomnia es una de esas películas olvidadas que merece una acalorada reivindicación en virtud del perfecto retrato de las fobias que acompañan a la condición humana.

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