Premisas. Eso es todo lo que encontraréis aquí…
Si algo se convierte en popular y llega un momento en que es casi como si fuera una marca de la casa, hay que explotarlo mientras puedas. Así pasa con el thriller policiaco escandinavo. Sórdido a la vez que elegante, lírico y, en ocasiones, crítico con su sociedad, este estilo ha creado tendencia en el mundo (con los consiguientes remakes). Y no sólo en lo que a cine se refiere, sino también a series y a número de ventas y traducciones literarias, retroalimentándose, incluso. Todos estos elementos se dan, también, en el primer caso de la pareja de policías Carl Mørck y Assad, o lo que es lo mismo, el Departamento Q, en Misericordia (primer título, también, de la serie de novelas en que se basa, escritas estas por Jussi Adler-Olsen).
Si pretendes conseguir que un producto de estas características supere a la cantidad de imitaciones o versiones que se transmiten en la televisión, es necesaria gran destreza (créditos al director Mikkel Nørgaard), tanto en el desarrollo argumental como al tratar de impactar. Lo mejor que pueden darte este tipo de películas o series es la intriga, la distracción personal de buscar al culpable, de seguir las pistas, de observar a los testigos y de atar los cabos sueltos. Que especules, en suma, y no te deje por un tonto ni por demasiado listo. Si da eso al espectador, además de una buena atmósfera y dos protagonistas unidos por un café malo en un abandonado sótano de la comisaria, poca crítica negativa se le puede hacer, como tal, ya que da lo que promete. Misericordia no aburre en absoluto, a pesar de su calmada armonía y de repetir una fórmula cien veces vista: asistir a la resolución de un caso en paralelo con los acontecimientos reales que se investigan, dando todos los detalles hasta el momento presente; clímax absoluto.
Si disfrutaste de las novelas en las que se basan estos personajes, si te gusta la serie de libros conocida como Los crímenes de Fjällbacka (o la serie realizada después), si te encantan las novelas negras de Jo Nesbø o te ha venido a la mente la serie de televisión Broen (o, claro está, la saga Millennium), entonces no cabe duda de que disfrutarás de este film.
Si te da por buscar todos los títulos que tiene una película, a veces puedes llegar a enterarte de toda la trama en base a la información que te dan; sin embargo, otras veces no sirve para nada, pero ya has echado un rato bueno. Misericordia (Los casos del Departamento Q) es, en versión original, La mujer en la jaula (Kvinden i buret), cuyo título en Estados Unidos se mantiene exacto, aunque también es conocido como El Guardián de las causas perdidas, en francés, en cambio, se mantiene el mismo título que en español, pero al Departamento se le cambia la Q por la V, en húngaro se llama Sin rastro (aquí ya estaba cogido), en finlandés es Presa, en Serbia Casos cerrados (pero que deberían ser abiertos) y la versión española de la novela tiene por título La mujer que arañaba las paredes. ¿Es o no es divertido, ser todo un investigador? Entre todos, ya sabemos de qué va Misericordia sin necesidad de contároslo.
Si lo que en realidad pretendéis al leer esta crítica es saber si Misericordia merece la pena, la merece. Los escandinavos son gente fría, si se enfadan no gritan; de hecho, te hablan más bajito, aunque con la misma mirada de odio. Eso encontraremos aquí, un producto frío e intenso que sigue los esquemas habituales del género y que mantiene siempre el interés, siendo, en conclusión, un film interesante de ver y del que esperar nuevas adaptaciones.