El pasado jueves bajo una capa de lluvia nos recibían en Barcelona el cineasta Borja Cobeaga y la actriz Melina Matthews en el Euskal Etxea, donde pudimos mantener una charla con ellos acerca de Negociador, el nuevo trabajo de un Cobeaga que vuelve armado con una tragicomedia sobre el conflicto protagonizada por Ramón Barea. A continuación, os dejamos lo que dio de si un encuentro más bien distendido donde pudimos tratar ciertos aspectos de la película así como dejar algún curioso momento de off topic.
Cine maldito: Me gustaría empezar hablando sobre el guión, sobre si existió algún tipo de restricción a la hora de abordar un tema tan aparentemente delicado y que puede tener tantos puntos de vista distintos.
Borja Cobeaga: Hombre, yo creo que sí que es delicado, pero desde el momento en que lo que me apasiona de la historia era más el factor humano y todos los detalles que rodeaban la negociación que la propia negociación, y sobre todo por la experiencia previa en programas como Vaya Semanita… yo creo que sobre todo una de las grandes cosas, de lo mejor que tenía, es que no nos posicionábamos políticamente, sino que todo el mundo en Euskadi se lo tomaba bien, porque no notabas que hubiera nada ideológico, no hacíamos parodias de políticos concretos ni ideologías, sino más bien de lo que pasaba a pie de calle, como la política afectada al ciudadano… pues un poco, con ese planteamiento es con el que afronté esto. Sabía que era tremendamente delicado, sobre todo porque estás retratando o haciendo versiones, porque en realidad los protagonistas no se llaman como las personas en los que están inspirados, pero es verdad que sí que había bastante cautela, pero también había mucha seguridad en ese sentido, la seguridad de que no era una película transgresora ni política, sino mucho más humana.
CM: Sobre esto que comentabas ahora, de que no es una película tan política, o sea que se distancia un poco más del punto de vista político, ¿no crees que habría sido más valiente mojarse un poco con las dos facciones a través del humor y la mala baba?
BC: Si, yo creo que hay quien pueda echar en falta que me moje más y que me implique más, pero eso habría sido una película sobre las propias negociaciones y aquí me parecía que lo interesante era lo que rodeaba… pero no es la película que quería hacer. Yo podía entender que, claro, estás tratando un tema con muchísimas implicaciones y simplemente nosotros queríamos retratar un cachito, ¿no? Aparte es una película corta, es una película de ochenta minutos… es verdad que si quieres afrontar un arco mayor de negociaciones y quieres centrarte en la propia negociación, desde luego necesitas una serie de televisión entera para contar todo eso, entonces como se trataba más bien de un retrato de personajes, pues yo ni me exigía ni se me pasaba por la cabeza tener un punto de vista más implicado. Quizá sí que la película lo que retrata de manera más… mojándose, es la defensa del diálogo, ¿no? El decir que durante muchos años en este país no se ha querido… ha sido como un tema tabú, como decir “bueno, con esta gente no se puede hablar”, y justamente creo que la película sí que defiende que no hay ningún problema en hablar.
CM: ¿Se puede extraer más de una lectura viendo la película? Por ejemplo, el protagonista acaba por sonreir por haberlo intentado pese a fracasar, ¿estamos ante una comedia que oculta el drama?
BC: Yo creo que es una comedia, pero que no oculta su drama, yo creo que el tono es bastante tragicómico en el sentido de que no es una comedia muy evidente, no es una comedia de chistes, sino que es una comedia que surge en lo cotidiano, no es que se planteen situaciones graciosas sino que justamente el contraste entre trabajar en algo tan solemne o en estar preparando algo tan grave y tan importante como puede ser la solución de un gravísimo problema, contrasta mucho con los detalles de lo que tiene que afrontar. O sea, a mi me interesa el viaje que tiene que hacer el protagonista, me interesa como se va a alimentar porque no puede utilizar tarjetas de crédito porque está en una misión secreta, me interesa sobre todo eso. Entonces de ahí surge la comedia, no es que esté buscada, sino que en realidad si te fijas en determinados aspectos la comedia sale sola, y también si te fijas en determinados aspectos la tragedia sale sola, es decir que al fin y al cabo, a pesar de que la película no es una crónica de los hechos sí que retrata un fracaso: esas negociaciones no salieron bien. Y lo haces desde la perspectiva además de una época en que ETA ya ha hecho el alto al fuego, ese problema está en vías de solución. Entonces, es verdad que el fracaso había que retratarlo, y retratar el fracaso en la comedia a veces está bien, pero en este caso como las cosas llevaron a que volviese a haber atentados, se rompiese la tregua, pues también había que apuntalarlo con drama.
CM: Hablando un poco sobre esta comedia, se podría decir que es tu largometraje más de autor, más personal, ¿qué prefieres, este tipo de comedia de autor o algo más comercial?
BC: Más ligero. Las dos cosas… hombre, muchas veces es satisfactorio cuando haces una película muy pequeña donde puedes tener el control de todo, y una película como esta que estaba muy calculada desde el principio para que no fuera demasiado grande, la verdad es que te da muchas satisfacciones. Pero por otro lado, para alguien que hace comedia y quiere hacer reír al público, sólo puedes hacerlo con determinado tipo de películas que buscan más la carcajada, con lo cual si yo pudiese combinar los dos aspectos sería una persona muy feliz.
CM: Volviendo un poco al guión, tú fuiste uno de los autores del de 8 apellidos vascos, ¿cuáles son las diferencias entre escribir un guión para uno mismo y hacerlo para otro cineasta?
BC: Pues cuando escribes quizá marcas más las evidencias, ¿no? yo cuando estaba escribiendo Negociador sabía que la iba a dirigir yo y sabía qué tono iba a tener, con lo cual estaba escribiendo muy para mí. En una película que estás trabajando con otro guionista y además para un director que es una tercera persona, se nota más el consenso, ¿no? Para mí Negociador tiene mucho de capricho personal, o sea que es una película que me apetecía mucho hacer y cuando justamente estás escribiendo una película con unas aspiraciones comerciales mayores, con otro director, con otro guionista, tienes que negociar más, es decir que se trata más de aunar puntos de vista. En este sentido, la diferencia es que en Negociador el público era yo, es decir que en realidad también era una película muy para mí, y también cuando escribo las otras comedias el público también soy muy yo, porque pienso que lo que me pueda hacer gracia a mí, hará gracia a más gente, pero es verdad que el proceso es muy diferente.
CM: Pasando a Melina, formas parte de muchas de las escenas cómicas de la película, ¿cómo preparásteis las escenas más supuestamente serias y cómo te preparaste tú un poco el papel?
Melina Matthews: El papel… bueno, yo interpreto a Sophie, que es la intérprete del mediador de las negociaciones, y realmente no preparé tanto como puede prepararse a lo mejor Ramón Barea, que es ya una figura, tiene una responsabilidad supongo más grande que la mía. El tono de la película, se estableció durante los ensayos, que eso fue para mí muy importante, para que todo el mundo esté en el mismo barco, y no fue nada complicado, porque realmente el guión está tan bien escrito que surgía solo. Entonces, es cierto que durante los ensayos había mucha risa porque hay unos momentos muy divertidos cuando mi personaje confunde a Jesús Eguiguren con el etarra por las pintas que lleva… entonces, claro, esto durante los ensayos era bastante divertido, y yo tenía miedo de no poder controlarme el día del rodaje, pero luego surgió muy naturalmente creo yo. Borja, además, insistió en que era importante que todo el mundo estuviera lo más natural posible, porque como dice él no es una comedia, no son gags que escribes para la carcajada, para la risa fácil, es simplemente una crónica, ¿no? narra la historia de este hombre que finalmente también fracasa en estas negociaciones. Porque luego hubo el atentado de la T4 justo después, creo, ¿no?
BC: Sí, sí.
MM: Y por la preparación personal que tuve, claro, yo lo tenía muy fácil porque mi padre es intérprete, o sea que yo utilice esto como argumento de… ‹Borja, mi padre es intérprete. Lo he visto en acción, he podido acudir de hecho también a entrevistas a políticos que me escondía yo en el fondo de la sala para ver cómo trabajaba mi padre›, y por esto mi padre sirvió de «coach» durante la película, a distancia.
CM: Me pareció genial la escena entre tú y Ramón Barea en el hotel, ¿se debería premiar a Borja Cobeaga por hacer que un personaje coprotagonista femenino no tenga relación amorosa con el protagonista?
(Risas)
BC: Pero hay cobra, ¿no?
MM: Hay cobra. La famosa cobra.
BC: Sí, sí.
MM: Yo de hecho… se debería premiar que no se involucre… hombre, premiar premiar no, hay muchas películas donde la chica de la película y el protagonista no se lían. A veces me parecía muy inadecuado en esta película, no tiene realmente nada que ver. No podía surgir ahí nada, simplemente que era un…
BC: Yo recuerdo cuando escribimos Pagafantas que decíamos ‹Otra comedia romántica no›, y escribimos otra. Cuando escribimos No controles ‹Otra comedia romántica no›. Y una de las cosas que yo tenía metidas es que no iba a haber historias de amor en la película, que no iba a haber relación de pareja.
MM: Y claro, yo simplemente soy la intérprete que en este momento donde Ramón Barea, donde Jesús Eguiguren, está en un momento muy delicado, lo está pasando realmente muy mal. Entonces aprovecha ese momento Sophie para ir a tranquilizarlo, ¿no? Y él en un momento de debilidad pues a lo mejor pensó que había algo ahí, entonces evidentemente intentó… no porque él a lo mejor quería, simplemente que en ese momento parecía lo correcto hacer esto. Pero evidentemente Sophie como es una profesional de mucho cuidado pues volvió a poner las cosas claras, pero es un momento, de hecho, el momento más personal, humano, de Sophie. Ese momento, cuando se acerca a Jesús Eguiguren en la habitación del hotel y le dice ‹No te preocupes, todo va a salir bien, esto es complicado, es normal›… y es una escena que a mi me parece muy bonita justamente, porque es la única manera en la que yo podía mostrar mi lado más humano. Porque cuando aparecieron en mi piso un domingo porque no acudí a la negociación ese día, era una invasión territorial; o sea ahí sí que ya no pude demostrar nada de humanidad… además, teniendo un novio como Rafa en la película…
BC: Como Raúl Arévalo.
MM: Como Raúl Arévalo en la película, no podíamos… pero esa escena justamente me pareció muy bonita, la del hotel. Es la escena del casting además.
CM: Sobre el papel, ¿cómo llegaste al papel? ¿te lo ofrecieron o lo buscaste?
MM: Bueno, me lo ofrecieron, es decir, después de dos pruebas de casting me ofrecieron el papel, pero mi representante iba buscando papeles que no fueran de películas de terror. Porque yo llevaba una tanda, llevaba 5 o 6 películas de terror, yo como actriz también poniéndole voz a monstruos y a niños fantasma. Entonces yo le dije a Bea que quería simplemente explorar otro tipo de género, que están muy bien la sangre, y los lloros, y todo eso está muy bien, pero que quería hacer algo que no tuviera nada que ver, y surgió esta oportunidad y me dijo Bea que este era el papel… era para mi, que estaban buscando una francesa pero que hablaba muy bien castellano…
BC: Inglés también.
MM: E inglés también. Entonces yo pensé “como no me den este papel me retiro”, porque no puede ser, estaba… parece que es mi vida cuando vi… en este caso no, pero culturalmente hablando es un papel que está muy cerca de mi realidad, porque además yo antes de ser actriz me ganaba la vida también haciendo de intérprete y traductora. Y engañé a Borja.
BC: Sí sí, a todos, a todos.
MM: Porque no quería… sobre todo para él era importante que no pensara que estaba forzando el acento. Y entonces entré, hice la presentación con este acento francés que se me oye en la película, y (a Borja) cuando te conocí también empecé a hablar un poco con el acento francés. Es un riesgo que toma el actor, pero pensé que me tenía que meter directamente en el personaje para convencerlos de que era la persona adecuada para hacer el papel.
BC: Es una buena treta, sí. Porque una de las cosas que pasa en muchas películas es que ves a actores perfectamente reconocibles poniendo un acento muy impostado, ¿no? y una de mis obsesiones cuando estaba escribiendo el guión y todo eso era “no quiero una actriz que sepas perfectamente que es de Murcia poniendo un acento de Francia”.
En San Sebastián muy bien, ¿no? Digo porque me estaba acordando de cosas de que, de que… menos Ramón Barea que tenía que estar todo el tiempo en escena y todo eso, desde luego…
MM: No, fue para mí maravilloso, estuve dos semanas ahí. Además que descubrí San Sebastián con la película, o sea no había mejor manera que descubrir Donosti rodando una película de Borja Cobeaga, con Ramón Barea, con Josean Bengoetxea… o sea, era para mi… no podía pedir más, la verdad.
BC: Sí, fue muy divertido el rodaje
CM: Ahora has rodado con actores más famosos, más internacionales… ¿dirías que alguno te ha marcado profesionalmente o te ha ayudado un poco a perfeccionar tu talento?
MM: ¿De los actores internacionales? ¿o de los actores en general?
CM: Bueno, en general, porque en Retornados también rodaste con actores internacionales, no?
MM: Si, desde luego… actores que me hayan marcado, de aquí y de allá. Es decir, de todo se aprende, he aprendido mucho tanto de actores como de directores. Pero en Retornados por ejemplo como también hacía de «coach» de acento, en muchas películas he podido aprender mucho de actores como Shawn Doyle, que está en Retornados, Kris Holden-Ried, que también es el protagonista de Retornados… pero quien te dice esto, también te puedo decir que de Ramón Barea, viéndolo trabajar, viendo trabajar a Borja con los actores, de Josean Bengoetxea, te podría decir también que observando a Eddie Redmayne trabajando en Savage Grace también me impactó mucho, a Unax Ugalde, a Elena Anaya… claro, es que aunque han sido papelitos muy pequeños, si te paras a observar aprendes un montón. Y una persona así… de un mentor, mentor de actor no he tenido, he tenido un mentor director, que ha sido con el que he hecho dos películas, Manuel Carballo. Con él he aprendido digamos… todo el gremio, tanto por delante como por detrás de la cámara también. Ha sido para mi Filmax, en este caso, una gran escuela de cine y de interpretación.
CM: Bueno, y una pregunta un poco más off topic, en The Gunman coincidiste con Jasmine Trinca, y el chico que vio la película en Madrid es muy fan de La mejor juventud… ¿qué tal es? Si coincidiste con ella…
MM: Coincidí con ella… a ver, no tenía ninguna escena con ella, sólo tengo una escena y estoy sola, por teléfono, hablando con Sean Penn, es decir que no hay ningún tipo de…
BC: Y dar la réplica a Sean Penn en directo… joer
(risas)
MM: De hecho yo en la película entré como «dialogue coach» de Idris Elba, entonces yo pude estar tres días ahí, efectivamente, y pude hablar tranquilamente con Idris, con Sean Penn también, tuvimos nuestros momentos con Jasmine Trinca también, en el momento de saludarnos… si es muy fan de Jasmine Trinca le puedes decir que de lo que yo he visto evidentemente es encantadora, ahora personalmente no la conozco y tampoco me he sentado a tomar un café con ella, pero… efectivamente La habitación del hijo para mi es una gran película y ella me encantó.
CM: Vale, pues diría que esto es todo. Bueno, una última así a título personal, como nuestra web es Cine maldito, que hablamos un poco de cine olvidado, desconocido y demás, ¿nos podríais decir una película maldita?
BC: Olvidada y maldita que no…
CM: Olvidada, desconocida…
BC: Joer, a ver a ver a ver… pues aunque creo que ya se ha editado en video y es más conocida, yo creo que no tiene el prestigio suficiente Los 5000 dedos del Dr. T, que es un musical de los años 50 en technicolor muy bonito que es como la respuesta masculina a El mago de Oz, ¿no? De igual manera que El mago de Oz era la fantasía o meterse en otro mundo de una niña, este es el caso de un niño estudiante de piano que está amargado por su profesor de piano y se despierta en un mundo fantástico donde todos los niños están obligados a tocar un piano gigantesco, y la verdad es que es una película alucinante y que creo que no tiene todo el rédito que debería tener.
CM: (a Melina) ¿Se te ocurre algo?
MM: Todas y ninguna. Una que me guste que a lo mejor poca gente ha oído hablar de ella, pero no es una película maldita digamos, pero quizá pasó desapercibida por el público masivo. Another Earth, Otra Tierra, de Mike Cahill, que cuando la vi me quedé alucinada de esta apuesta tan arriesgada realmente que tuvo este director… porque es una película de ciencia ficción con un presupuesto cero, rodada no sé si en Louisiana o en uno de esos estados fantasma de Estados Unidos, y para mi es una película de culto que poca gente ha visto, muy poca gente ha visto, y yo me quedé absolutamente… pasmada delante de la película, de esa maravilla de película, el drama que hay, los grandes actores… Mike Cahill de hecho que dirigió ahora Orígenes, I Origins, que tuvo un poquito más de éxito porque ganó en Sitges como mejor película, pero la gente se olvida de que hizo una película maravillosa que se llama Otra Tierra con la misma actriz, Brit Marling, que para mí también es una gran referencia en cine indie americano… al que aspiro (risas). Cine indie.
CM: Bueno, pues diría que eso es todo, muchas gracias
BC: Estupendo.
MM: Muchas gracias
BC: Muy bien, gracias.
Preguntas: Alberto Mulas
Entrevista y transcripción: Rubén Collazos
Larga vida a la nueva carne.