Rabbit fue su mejor (que no único) legado, y el animador británico nos deja a los 47 años tras haber estado en el mundo de la animación en formato corto durante algo más de dos décadas. De esas dos décadas, sin embargo, su mejor pieza fue la ya citada Rabbit, que dirigiría en 2005 tras rodar Anyway (un corto estudiantil) y Jukebox a principios de los 90, y luego pasar otra década hasta su mayor trabajo, en la que creó todo tipo de animación, desde videos musicales a anuncios para televisión, pasando por todo tipo de creaciones artísticas en el mundo televisivo.
De este modo, nos deja debido a un cáncer uno de esos cineastas que, sin duda, ha sabido influir en un formato tan maltratado como el del cortometraje (más, si es animado), creando piezas como esa conceptual y atrevida Rabbit, a la que seguiría The Control Master, su obra póstuma encontrándose en el mejor momento de su carrera, donde incluso se atrevió a rodar un corto acerca de la enfermedad que padecía. Paradójicamente, la que se lo ha llevado. Siempre nos quedará recordar su talento. Descanse en paz.
Larga vida a la nueva carne.