Planeando por una vida tan tranquila como hueca, John May se encarga de localizar a los familiares de aquellos hombres y mujeres del sur de Londres que han perecido en soledad. Un oficio bastante tétrico que el buen May se toma de manera muy maniática, con todo calculado al milímetro. También es así en su vida personal, como bien refleja sus almuerzos de lata de atún con manzana. Pero como reza el título de esta película, siempre hay tiempo para cambiar las cosas. En Nunca es demasiado tarde (Still Life en el inglés original), May recibe una noticia que hará que por primera vez en 22 años, se plantee un cambio en su vida. Eso, unido a un caso difícil de resolver, pondrá a prueba la capacidad de nuestro protagonista para adaptarse a los cambios.
El romano Uberto Pasolini, que no tiene nada que ver con Pier Paolo pero sí está emparentado con otro mítico director italiano como Luchino Visconti (y además es conde, para rellenar biografía), se encarga de esta cinta en la que prueba fortuna por segunda vez dirigiendo y escribiendo (realizó Machan en 2008, film de Sri Lanka), pero no es tan primerizo en lo que se refiere a abarcar proyectos cinematográficos, ya que fue el productor del exitazo de taquilla y crítica Full Monty en los años 90. Currículum al que se añade desde ya esta Nunca es demasiado tarde, una película que con un aura de sencillez y escasas ambiciones al principio, va evolucionando hasta ofrecernos un relato muy bien construido y francamente satisfactorio.
Vital importancia tiene en este trabajo el actor Eddie Marsan, uno de esos eternos secundarios británicos que aquí tiene una magnífica ocasión para demostrar su valía. La evolución de su personaje marca los pasos de la obra, que comienza muy fría y poco a poco se va templando, aunque sin desembarazarse de ese tono tan aséptico como natural. Imprescindible empatizar con el carácter de May para entender la película en todo su sentido, ya que ésta por sí misma puede llegar a hacerse algo lenta e incluso cargante por momentos. La narración pausada y a veces contemplativa cambia por completo en el final, que nada tiene que ver con lo anterior. Un desenlace que cuesta asimilarlo al principio, pero que conforme pasan los segundos resulta cada vez más maravilloso, hasta rematarlo con un redondo plano final que resume perfectamente la película.
Lo cierto es que el regusto final que deja Nunca es demasiado tarde quizá sobrevalore el resto del filme, ya que tampoco es una película que marque un estilo claro o que permanezca imborrable en la mente durante los días posteriores a su visionado. Pero su mérito reside en saber cómo conmover al espectador sin artimañas acarameladas. De hecho, era bastante difícil de prever que una película que se preciara tanto de una narrativa alejada del cliché pudiera culminar de esa manera. Poniéndolo en perspectiva, descubrimos que en la película se tratan más temas relacionados con la psicología humana de los que podría parecer en un principio. El esfuerzo por dotar de realismo a los diferentes personajes y situaciones que van surgiendo en la trama es digno de ser mencionado.
Merece mucho la pena echarle un vistazo a Nunca es demasiado tarde para comprobar hasta qué punto puede una película contarnos una historia atractiva sin ningún artificio pero manteniendo la capacidad de sorpresa en un demoledor final. Habrá quien acuse a este desenlace de empalagoso, o incluso que traiciona al resto del filme. Lógicamente, esto es algo muy personal, pero lo que no se le puede negar a Pasolini es que ha construido un relato cuyo realismo no pierde el sentido dramático, que cautiva e incluso sorprende en el mencionado desenlace. Gran retrato, por tanto, de un hombre cuyo oficio es aparentemente prescindible pero que por su peculiaridad y su profundidad dramática merece ser reseñado en una película a su altura.
A mi también me tocó ir a ver el preestreno de Still Life, aunq por desgracia no tuve tiempo para poder ir a hacerle la entrevista al director. Lo curioso es que me he vuelto a meter a filmaffinity a volver a leer las críticas, porque tenía curiosidad ya que acabo de enviar la mia. Curioso que solo haya dos, y una de ellas se llame «truñer», jaja. Echale un vistazo, no tiene desperdicio. Sin embargo creo que vimos la peli desde un ángulo parecido. Me apunto vuestra página. un saludo