Sesión doble: Full contact (1993) / PTU: Police Tactical Unit (2003)

La sesión doble visita esta semana tierras de oriente para llevarnos al cine de acción más trepidante made in Hong Kong con dos nombres imprescindibles para el mismo: por un lado nos encontramos con una figura, la de Ringo Lam, que décadas atrás nos deleitara con un buen puñado de títulos de los que rescatamos Full Contact protagonizada por Chow Yun-Fat; por el otro, un nombre que no podría ser más de actualidad, el de Johnnie To, que encontraba en PTU: Police Tactical Unit una de las piezas más curiosas y personales de su cine.

 

Full Contact (Ringo Lam)

Full Contact

Incomprensiblemente el cine de Ringo Lam no goza del reconocimiento que merece. Sin embargo, basta realizar un breve repaso a las películas que Lam dirigió a finales de los ochenta y principios de los noventa para confirmar que nos encontramos ante uno de los mejores directores del cine de acción contemporáneo, poseedor de un pulso narrativo que es puro nervio a la vez que de una sensibilidad que emparenta sus historias con la prosa de William Shakespeare o Fiódor Dostoyevski.

Maravillosas y ampliamente recomendables son las dos partes de Prisión en llamas así como un film de calidad suprema como City on fire (una de las cintas homenajeadas por Tarantino en Reservoir Dogs). No obstante, me apetecía escribir unas líneas sobre una de esas películas que sencillamente hacen gozar de puro gusto a los amantes del cine de acción, esta es, la cautivadora, gamberra, bruta, trepidante, poética y magistral Full Contact, quizás el primer éxito internacional de Ringo Lam y sin duda una perfecta muestra que exhibe los mejores ingredientes que ostenta el cine del autor oriental.

Full contact es ante todo una espectacular cinta de acción que desprende adrenalina y testosterona por todas las direcciones e igualmente una pieza de museo que adorna con letras de oro el cine de acción de Hong-Kong. Hay que destacar la presencia de Chow Yun- Fat (sin duda la gran estrella oriental de esa época desde su aparición en A Better Tomorrow) que está sencillamente extraordinario en su habitual papel de vengador romántico. Pero, a diferencia de otras películas en las que despliega un tono más guiñolesco, aquí muestra un halo más oscuro mimetizándose en el papel de un ángel justiciero que retorna a su antiguo paraíso para impartir la justicia divina que las divinidades budistas no han sabido repartir.

Vale la pena destacar la apertura del film. A través de una escena de acción trepidante se dibujará el perfil de los tres villanos de la trama: un gigantesco Rambo con poco cerebro, una ninfómana y el jefe de la banda que es un homosexual con tendencias sádicas. Estas tres personalidades chocarán con la honestidad y alegría del portero de discotecas que interpreta Fat (el héroe de la cinta), el cual únicamente se comportará de forma violenta cuando no le quede más remedio. Entre ambos se situará el vacilante, ludópata y a la postre traidor personaje interpretado por Anthony Wong (vamos los grises que manejan el mundo). Con esta sencillez y sin necesidad de estudios filosóficos Lam esboza a la perfección los retratos del bien y el mal.

Más allá de los símbolos de pura acción que adornan todo el trayecto del film en los que encontraremos abundante rock n roll, gotas de sangre, tiroteos desenfrenados, espectaculares asaltos y un final nocturno en el que los tonos rojos y azules permiten explotar todo el odio y pirotecnia característico de este tipo de películas, Full contact es ante todo una compleja historia de traiciones y venganzas sazonada con un guión prodigioso en el que se atisban trazos de las tragedias de Shakespeare mezclados con el romanticismo exacerbado de Espronceda. Sin miedo a errar, podemos catalogarla como una cinta de autor en la que la violencia extrema de la que hace gala es un recurso poético empleado para exhalar una fábula moral que nos recuerda que la amistad y el amor son dos edificios cuyos cimientos se desmoronan fácilmente en situaciones en las que creíamos que su blindaje era acorazado. Peliculón a reivindicar.

Escrito por Rubén Redondo

 

PTU: Police Tactical Unit (Johnnie To)

PTU

De entre los trabajos que más escisión entre el público han causado en la filmografía de Johnnie To podríamos destacar PTU: Police Tactical Unit como uno en la cual ha quedado más patente esa falta de acuerdo. No obstante, quizá es la propuesta donde el límite entre detractores y seguidores es más difuso por el hecho de resultar complicado determinar donde acontece esa factura. Si bien, tomando un ejemplo más reciente, en Blind Detective quedaba claro que para sus detractores lo que no terminaba de funcionar era una mixtura de géneros donde el uso de un humor muy particular pesaba excesivamente, en PTU no se alcanza a comprender si lo que falla es ese humor que baña el film durante su inicio, los (un tanto) anárquicos pasajes compuestos por To, el empleo de una violencia que se muestra ciertamente cruda o esa conclusión en la que destaca la excesiva secuencia del tiroteo final.

Sea como fuere, lo cierto es que el cineasta hongkonés realiza en PTU uno de los ejercicios estilísticos más interesantes de su carrera: con una soberbia puesta en escena que es una de las mejores que se le recuerdan al señor To, acompañada por una planificación realmente bien ejecutada, el relato central parece ser lo de menos si atendemos a las pequeñas señales que va dejando el autor de The Mission: desde el abuso y la brutalidad de la que hacen uso algunos de sus personajes (especialmente, los policías en un ejercicio común entre los cineastas orientales, el de denunciar ese tipo de actuaciones, aunque aquí To se dedique a mostrar más que otra cosa) hasta las relaciones entre los protagonistas, esa camaradería siempre existente, pasando por tramos que resultan más definidores del tono del film e incluso atmosféricos que otra cosa.

Es ahí, en esa definición, donde el realizador logra definir los objetivos de un film que, en principio, podrían parecer abstractos, pero se muestran concisos en una cinta que podría haber virado fácilmente entorno a ese humor del que hacía gala en sus primeros minutos, pero termina deviniendo un thriller de tintes dramáticos que culmina con una de las más arrebatadas y mejores secuencias del cine de Johnnie To, en la que el cineasta se fija nuevamente en la figura de Peckinpah para componer una hiperbólica secuencia de acción repleta de ralentís, violencia y esa extraña épica que ya ha bordeado su cine en títulos como, por ejemplo, Exiled. Una magnífica banda sonora donde no faltan punteos y posee como colofón un gran tema central, y la presencia de intérpretes de la talla de Suet Lam y Simon Yam consolidan PTU como una de las propuestas más peculiares y autorales del cineasta, pero también más recomendables y poderosas por tratarse de una de esas «raras avis» que suponen todo un lujo en una cinematografía tan poblada como la suya.

Escrito por Rubén Collazos

 

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