Llegaba noviembre, y con el penúltimo mes del año una de esas citas que se antoja, además de imprescindible, necesaria. En efecto, hablamos de uno de esos festivales que quizá no tengan el arreón promocional que reciben otras supuestas grandes citas, pero sin embargo gozan de un público fiel que ha sabido comprender la naturaleza intrínseca de una propuesta que culminaba el pasado domingo su 20ª edición. Atendiendo a ese dato, el hecho de que un certamen como el que se celebra en la Ciudad Condal haya llegado, ni más ni menos, que a sus 20 años, encontramos un hecho revelador sobre la propia idiosincrasia de L’Alternativa, y es que haber resistido una fuerte marejada que (desgraciadamente) se ha llevado otros festivales como el BAFF o, más recientemente, el Festival de Cine Negro de Manresa, es indicativo de que esa tímida (en la teoría), pero valiente (en la práctica) puesta en escena que se sucede año tras otro sabe como congregar un público fiel, hecho que corroboran los casi llenos de las sesiones del pasado sábado ante títulos como It’s Such a Beautiful Day y la que más tarde se daría a conocer como ganadora, El extraño gatito (Das Merkwurdige Katzchen), y que se reafirma si echamos un simple vistazo a los títulos de su Sección Oficial.
Entre ellos, no encontraremos grandes ganadoras ni cintas aplaudidas unánimemente, hayan pasado por Berlín (como en el caso de El extraño gatito) o recorrido medio mundo (Leviathan), sino una selección muy particular, heterogénea y vivaz de lo que es el panorama puede llegar a ofrecer en todas sus vertientes, llevándonos desde el docudrama (Miragio all’italiana) hasta la ficción más discursiva (Museum Hours), pasando por la animación (It’s Such a Beautiful Day) o el documental más personal y sugerente (Tzvetanka). Tampoco, pese al tamaño reducido (pero inteligentemente suministrado), falta variedad de nacionalidades en la composición de una SO que nos lleva de oriente a occidente capturando en ella prismas de todas las clases que no olvidan, por supuesto, el talento nacional.
De este modo, más que el análisis de una selección o de un palmarés que ha demostrado saber estar a la altura de las (específicas) circunstancias, habría que hablar sobre la necesidad de seguir adelante de una propuesta tan singular, que recoge en un acto de osadía lo que tantos otros decidieron dejar atrás, y compone un mosaico que no requiere grandes nombres para mostrar los caminos que continúan tomando cinematografías inquietas como las aquí retratadas. De hecho, se podría decir que su mayor logro es el de hacer visible, ya no tanto a críticos y/o cinéfilos, la posibilidad de un cine que no se ampara en grandes presupuestos, ni siquiera en grandes productoras del cine europeo, pero sin embargo sabe acaparar la suficiente atención como para merecer una segunda oportunidad.
Mención especial, además, para una sección paralela como 20 años de L’Alternativa, que nos ha ofrecido la oportunidad de visionar, en colaboración con la Filmoteca de Cataluña, títulos que nos llevan a grandes films ya conocidos como Alicia en las ciudades, Mi enemigo íntimo, El dinero o El fondo del aire es rojo, sin olvidar otras propuestas que quizá no corrieron tanta suerte en su momento —ahí están la soberbia Vida en familia, o el fabuloso debut de Pálfi con Hukkle— o grandes cintas del cine más reciente —entre las que se podrían situar esa Policía, adjetivo, otro ejemplo del Nuevo cine rumano por Corneliu Porumboiu, o una de las maravillas del pasado año con La casa Emak Bakia—.
En definitiva, una magnífica edición que continúa confirmando que tras una muestra como L’Alternativa no sólo hay un mimo y cariño irreductibles por parte de sus responsables (algo que cualquiera podrá comprobar en algo tan simple como una interacción con la cuenta oficial del festival), también muchas ganas de hacer bien las cosas y de realizar una composición coherente (algo de lo que muy pocos festivales pueden presumir a día de hoy) que sorprenda a cualquier espectador que decida pasarse por el CCCB durante la escasa pero intensa y magnífica semana que dura L’Alternativa. Eso sí, no crean que la cosa termina aquí, y si por el motivo que fuera L’Alternativa les quedaba un poco lejos o no pudieron pasarse por allí, e incluso si se quedaron con ganas de más, los chicos de Filmin continuarán durante un par de semanas más rescatando títulos tanto de su SO como de la sección paralela Panorama. L’Alternativa, pues, continúa viva, aunque sólo sea en espíritu.
Larga vida a la nueva carne.