Limónov (Kirill Serebrennikov)

Limónov (Limonov: The Ballad) es una adaptación de la novela homónima de Emmanuel Carrère que ya exploraba con fascinación la vida explosiva del escritor ruso. A modo de ‹biopic› con claros desvíos ficcionales, la película narra la vida de Eddie Limónov en su exilio durante la Unión Soviética y su posterior retorno a Rusia. Capaz de cortarse las venas para conseguir a una mujer que lo obsesiona, el personaje de Limónov es una oda a la vida pasional y desmesurada. El tema interesa especialmente a la película y el texto que sale de su boca lo anuncia sin preámbulos («I love madness»). Como se dice en una conferencia de prensa, lo que el público quiere saber es si realmente Eddie tuvo sexo con un hombre negro en un callejón sucio de Nueva York. Toda la primera mitad del film intenta poner en escena un genio rebelde, inadaptado voluntariamente a ciertos códigos sociales y entregado a una pulsión intuitiva que puede llevarlo al placer o la violencia en sus versiones más extremas. Su relación romántica con Elena en el exilio en Nueva York está trabajada en ese sentido: cómo la pasión incontrolada conduce a experimentar un amplio e imprevisto espectro emocional. Por si no ha quedado claro, la película utiliza la referencia sonora inconfundible de Lou Reed para remarcarlo: «Hey babe, take a walk on the wild side». Esa música es una elección clave para el tono de la película. No solo las escenas sexuales constantemente evidencian la pulsión pasional de Eddie sino que la musicalización del film las celebra como el famoso cigarrillo después del sexo. El film del cineasta ruso encuentra en Limónov una oda a un modo de vida alérgico a la mesura.

Kirill Serebrennikov elige avanzar cronológicamente para narrar los hechos y ficciones que hacen de Limónov una figura excéntrica desde sus inicios como escritor en Rusia hasta sus últimos días como político. La cronología aparece directamente en la puesta en escena: los años se escriben en las paredes mientras los personajes viajan en el tiempo mediante ‹travellings› que intentan escenificar el clima de una época. Los años funcionan para localizar históricamente al irreverente Eddie en el contexto político de la Unión Soviética y el exilio de artistas rusos. En ese sentido, la película también propone explorar la identidad rusa. Es una temática prometedora, sobre todo por la inestabilidad política del escritor ruso que llegó al siglo XX con posturas nacionalistas radicales. El film toca el tema tímidamente y confunde más aún esta vertiente por la elección del inglés como lengua. Desde los guardias de una cárcel en Siberia hasta una familia cenando en un pueblo ruso, todos hablan ese inglés con acento ruso tan conocido. Ben Whishaw encarna con locura a Limónov, pero algo parece fuera de lugar en el mundo por el que se mueve su personaje. Esa elección, posiblemente vinculada a motivos comerciales con la masividad como bandera, puede no ser del todo desacertada. Serebrennikov dirige una película en la que un personaje representa una realidad no tan distante a su propia situación, la de una Rusia que se mira desde el exilio por motivos políticos. El inglés a veces da cuenta de ello en la paradoja de hablar de la identidad rusa en una lengua incómoda y ajena, y en otros momentos, parece una simple decisión comercial injustificada que atenta contra la propia película.

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