El reconocido Olivier Assayas se estrenaba en la sección Competition de la Berlinale dos años después de estrenar su última producción, Irma Vep, calificada como una de las mejores miniseries del 2022.
En esta 74ª edición, el francés presentaba Hors du temps, su película más autobiográfica, ambientada en el confinamiento del mes de abril de 2020. Para ello cuenta con uno de sus actores predilectos, Vincent Macaigne, que representa el ‹alter ego› del mismo Assayas. Macaigne, encarna la personalidad de un obseso y paranoico del ‹Covid›, un prototipo bastante común durante la pandemia. El reparto lo completan otros nombres habituales en las obras del director como Nora Hamzawi, Micha Lescot y por primera vez Nine d’Urso.
La historia se desarrolla en torno a cuatro personajes, dos hermanos, Etienne y Paul, y sus respectivas parejas, Morgane y Carole. Tanto Etienne como Paul se dedican al mundo del arte, el primero como cineasta y el segundo como periodista musical en una emisora de radio. Los cuatro se encuentran encerrados repentinamente en la antigua casa de sus padres. La película nos rememora situaciones que todos hemos vivido durante este período como la obsesión, reflejada en el personaje de Etienne a través de su relación con Amazon y en el de Paul con su adicción a las crepes; la paranoia contagiosa con las medidas de seguridad o las videollamadas con familiares.
La casa se convierte en el escenario principal de la historia y nos remonta al pasado del director y a las raíces de la relación con su hermano. Assayas usa la primera persona para contextualizar y reflexionar sobre el arte, el impacto de la pandemia en su creatividad y en su forma de pensar. Entre sus reflexiones habla de la relación entre el arte y la naturaleza, compara la pintura con el cine y nombra cantidad de referentes. Aquí la música juega un papel relevante, porque, en parte, es lo que une a los dos hermanos, y nos da a entender que comparten un pasado repleto de anécdotas que les hace esbozar una sonrisa con el recuerdo.
La película narra un momento histórico y universal partiendo desde un caso muy concreto, que pretende contar desde la propia experiencia. Aun así, viéndola podemos constatar que el encierro que viven estos cuatro personajes es más que privilegiado. Lo reafirman las minuciosas descripciones que hace el protagonista sobre los alrededores de la casa, en sus palabras, «la primavera más bonita vista en este jardín». Lo mismo con las cenas al aire libre que parecen de película de verano y, si no fuera por algún comentario, nos harían olvidar que están viviendo una pandemia. En realidad, cumple con todas las características de un film francés, con sus conversaciones sobre temas cuotidianos que se van prolongando y nos hacen creer que los actores y actrices las están disfrutando de verdad.
Por último, cabe destacar que, aunque el contexto de la película es el confinamiento, el director apunta que este no es el tema principal, sino que es solo un pretexto para escribir una comedia. Es más, en la rueda de prensa aclara que si tuviera que hacer una película sobre ello no la haría de esta manera. También explica desconcertado que daba por hecho que habría un auge de películas sobre la pandemia, pero por alguna razón, Hors du temps se presenta como uno de los pocos títulos que trata esta nueva temática.
Esta obra es como la burbuja de lo que fue el confinamiento, se desarrolla en un mundo aparte, distante de la realidad, un mundo íntimo y extraño que ha surgido por casualidad y obligación, con el que tanto los protagonistas como nosotros tuvimos que aprender a convivir.