En el año 2010 se cumplió el cincuenta aniversario de la producción de La criada de Kim Ki-young, considerada como una de las grandes obras maestras del cine coreano y auténtica pieza de museo de la historia del cine oriental que desgraciadamente sólo es conocida en los reducidos círculos de amantes del cine asiático. Para celebrar este acontecimiento el director coreano Im Sang-soo adaptó la historia original amoldándola a los actuales patrones de comportamiento social obteniendo buenos resultados aunque un tanto alejados de la calidad suprema que poseía la cinta primitiva. La criada es una de las pocas muestras de cine clásico coreano disponibles en occidente gracias al esfuerzo titánico desempeñado por Martin Scorsese que financió a través de la World Cinema Foundation la restauración y posterior distribución del film.
La criada es una película inclasificablemente malsana que utiliza una miscelánea de géneros que incluyen el drama, el cine negro y el terror psicológico para fustigar al espectador a través de una estimulante sensación de malestar que está al alcance de muy pocas obras. Llama poderosamente la atención su ritmo occidental equivalente al empleado en el noir americano y el melodrama europeo y muy alejado del estilo silencioso e introspectivo característico del cine japonés de la época. El vestuario, las relaciones familiares y los decorados son puramente occidentales. Su atmósfera demencial me recordó a las grandes películas de Samuel Fuller Una luz en el Hampa y Corredor sin retorno. Con estos ingredientes no me extraña la idolatría que Martin Scorsese profesa a la película puesto que su substancia conserva todas las esencias que venera el genio neoyorquino.
Ki-young manejó hábilmente los escasos recursos económicos de los que dispuso para aliñar un plato cruel y fascinante pintando un turbio viaje a la locura dibujado a través de una fábula de terror social que es protagonizada por un parásito que termina devorando a su amo. En este sentido la cinta coreana comparte hilo argumental con la perturbadora El Sirviente de Joseph Losey. La conquista parasitaria es mostrada magistralmente por el director a través de la metáfora del matarratas que emplea la familia protagonista para aniquilar a los roedores que campan en el hogar y que serán sustituidos por otro huésped más voraz que acabará transformando el territorio doméstico en una asfixiante pesadilla.
La sinopsis de La criada se divide en dos partes. La primera adopta las peculiaridades del melodrama europeo y el ‹cinema verité› para contarnos la historia de una familia de clase media formada por Mr. Kim, un modesto profesor de música que imparte clases de piano a las trabajadoras de una fábrica textil femenina, su mujer embarazada que trabaja en casa como costurera para aportar ingresos adicionales a la familia y sus dos hijos. La niña Ae-Soon tiene una discapacidad en sus piernas y el pequeño Chang-Soon es un chaval travieso, un poco repelente y cruel con la dolencia de su hermana. Una mañana Mr. Kim recibe una carta de amor redactada presuntamente por una de sus alumnas (la señorita Kwak) denunciando este hecho a la supervisora de la fábrica lo que ocasionará la expulsión de la alumna. La vergüenza generada por este hecho incita el suicido de la señorita Kwak. Más tarde descubriremos que la carta de amor fue realmente redactada por la mejor amiga de Kwak, una caprichosa joven llamada Miss Cho que cegada por el amor que siente por el maestro tratará de conquistarle asistiendo a clases particulares en el domicilio del profesor.
El avanzado estado de gestación de la señora Kim obligará a la familia a requerir los servicios de una doncella para ayudar en las tareas domésticas. Miss Cho recomendará a su compañera de apartamento, una joven desequilibrada que súbitamente se sentirá atraída por el señor Kim. Miss Cho trata de aprovechar la momentánea ausencia de la esposa de Kim para seducir a su instructor, pero éste rechazará el ofrecimiento debido a su mentalidad conservadora que le impide engañar a su mujer. La nueva doncella será testigo de la escena de rechazo y aprovechará un momento de debilidad del maestro para seducirle. El encuentro sexual provocará el embarazo de la doncella y traerá consecuencias nefastas para la estabilidad emocional de la familia. Un desgraciado accidente provocará el aborto de la doncella y ésta enloquecida por la pérdida de su bebé maquinará una cruel venganza.
Es en esta segunda parte cuando la película se convierte en una pesadilla claustrofóbica de gran suspense apoyada en escenas de enorme potencia visual, como la del envenenamiento de uno de los miembros de la familia (con un genial guiño a Sospecha de Alfred Hitchcock), las torturas psicológicas obradas por la psicópata doncella y los turbulentos chantajes emocionales soportados por la familia debido al miedo a que las habladurías hagan caer en desgracia a Mr. Kim. Reseñable es la enfermiza conexión de dominación sádica que sufre el profesor de piano a manos de la doncella que consigue elevar la temperatura del ambiente para generar un clima opresivo carente de oxígeno. La sensación de agobio es hábilmente potenciada gracias al desarrollo de la historia en espacios cerrados resaltados con una maravillosa fotografía en blanco y negro que abusa de primeros planos de los actores para desvelar los rostros descompuestos de los personajes y el empleo de una inquietante banda sonora que añade las necesarias dosis el intriga . El clima gótico que emana la cinta es un ejemplo a seguir en las escuelas de cine de terror, consiguiendo inquietar con el único recurso de la insinuación dejando de lado las secuencias obscenas de explícita violencia.
Los cincuenta años que separan la película original del remake ponen de manifiesto los enormes cambios sociales que hemos experimentado en este medio siglo. La cinta de los sesenta nos expone a una familia trabajadora de clase media de fuertes convicciones morales en la que impera la represión de los deseos sexuales y el afecto entre sus miembros como señas de identidad y que serán víctimas de las perversiones que introduce la doncella en el hábitat hogareño. En el remake nos encontramos con una familia adinerada, ociosa, amoral, adicta al sexo, en la que el dinero es el eje que domina las relaciones entre sus miembros, siendo en este caso la doncella la víctima de las maquinaciones caprichosas del ente familiar. Una llamativa diferencia entre ambas películas es el personaje que presenta la doncella a la familia. Si en el film original estaba representada por una caprichosa joven enamorada en secreto del cabeza de familia en la cinta del dos mil diez su figura está personificada en la anciana criada que presta sus servicios en la casa.
La criada es una extraordinaria sorpresa que enamorará a los adictos al cine clásico de arte. Es difícil encontrar una película tan sombría que incite al espectador a experimentar una sensación de desamparo y emanación de maldad como la que alcanza la cinta de Ki-young. Nos encontramos ante un diamante en bruto del cine mundial que hay que reivindicar y al que obligatoriamente deben acercarse los curiosos que deseen probar un cine diferente al ordinario. Su visionado no dejará al público indiferente gracias a un planteamiento degenerado que hará las delicias de los aficionados dispuestos a sumergirse en las perversas profundidades de la mente humana. Y como añadido, el regalo está exquisitamente rodado. Una obra maestra.
Todo modo de amor al cine.
Recién tengo tiempo de leer la crítica. Maravillosa película, muy crítica de la «americanización» que ocurre en Corea luego de la guerra. Espero que más gente la vea. Una auténtica joya del cine asiático.
Sí, me ha gustado muchísimo. El cine coreano clásico, detruido casi totalmente en los años 50 por la maldita guerra de Corea, es un gran desconocido. Hay muy poco, que yo sepa, disponible de los años 60,70 e incluso 80. Espero que el Boom actual por el cine coreano nos traiga alguna joyita escondida de esta época como esta Hanyo. Es una película a disfrutar por los amantes del cine de terror, ya que básicamente es una película de terror social. Una de las psicópatas más depravadas de la historia del cine!