A punto de cumplir dos años del primer confinamiento tras la aparición de la pandemia, llega a los cines españoles Language Lessons, una producción estadounidense que parece haber sido pensada durante estos meses en los que sólo podíamos salir a la calle a comprar o a pasear al perro. Dirigida por Natalie Morales, quien también escribe el guion y lo protagoniza junto a Mark Duplass, la película podría ser una buena contendiente para estar en una lista que no existe formando parte de algunos de los mejores ejemplos de cine capaz de captar la esencia del aislamiento pandémico, a pesar de no tener nada que ver con el coronavirus.
Un hombre de Oakland recibe el regalo de unas clases de español online de un año con una profesora que vive en Costa Rica y, lo que en principio parece ser una relación lejana centrada en aprender y enseñar, pronto dará un giro por el que la confianza y el afecto se abrirán paso a lo largo de 90 minutos de duración. Una excusa que le vale a los autores de Language Lessons para contar una historia sobre la amistad y la conexión entre personas que va más allá de lo físico, en un mundo cada vez más complejo y tan conectado entre sí que, según parece, si excluyes a un país del SWIFT, millones de transacciones diarias se quedan paralizadas hasta el punto de condicionar su economía, y que ha permitido a mucha gente teletrabajar o mantener contactos personales y relaciones que hace años ya se habrían acabado o vivirían de las cartas ordinarias que obligaban a tener una paciencia que hoy nos parece imposible a muchos.
En estas condiciones, los personajes de Natalie Morales y Mark Duplass conversan y se relacionan usando únicamente las cámaras estáticas de dos ordenadores (y seguramente también móviles), lo que a nivel cinematográfico podría parecer escaso, pero no lo es, gracias a la cantidad de rincones que existen en las casas de ambos (aunque sobre todo en la de él) y en sus alrededores (sobre todo de ella), que nos ayudarán a conocerlos más allá de lo que cuentan y esconden cada vez que se muestran las caras por webcam. Porque allí donde esta premisa pueda llevarte a temer cierto esquematismo o la carencia de frescura tras los primeros minutos de la cinta, en realidad estamos más bien en el caso opuesto. A pesar de lo que pueda parecer, no es solo otra película contada por videollamadas, sino una película íntima, desgarradora y conmovedora que pone su foco en las personas. Y es que, con la base puesta en las emociones, la estructura de Language Lessons, dentro de los cánones habituales de cualquier guion, es capaz de sorprender en su desarrollo, con suficientes giros o sorpresas para mantener el interés y para generar con el tiempo un vínculo emocional entre los personajes y los espectadores (aunque no siempre positivo, siempre a favor de obra, formando parte de la relación en ciernes).
Estamos ante una película cálida y que, por lo menos, suena sincera, que trata del dolor, la amistad y la importancia de las relaciones personales para mantener cierta cordura en nuestras vidas, aunque puedan parecer egoístas, desprendidas o emotivas. Al final, lo que importa es que el resultado es agradable y encantador, aunque algo ingenuo para los que sean cínicos, pues representa eventos y conversaciones que en algunas ocasiones también suenan improbables. En cualquier caso, es la palpable química digital entre los personajes la que nos atrae desde el principio, además de que es gracioso verlos conversar mezclando idiomas. Y más cuando algunas de esas conversaciones online también se han convertido en parte de nuestra vida cotidiana.