La historia de Ilich Ramírez Sánchez, más conocido como Carlos ‘El Chacal’, conmocionó al mundo cuando, en 1975, secuestró a los ministros de petróleo en la sede de la OPEP. Anterior y posteriormente, diversos atentados realizados por el venezolano lo convirtieron en una de las figuras p0líticas más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Mitad hombre y mitad leyenda, su captura fue, prácticamente, un acontecimiento histórico. Y, pocos días antes del nuevo juicio que dictará su destino (programado entre el 13 de mayo y el 5 de julio) podemos ver un documental que explora la figura del chacal, más allá del mito, más allá de la leyenda.
Podría parecer difícil contar la historia de Ilich Ramírez Sánchez sin caer en maniqueísmos ni en politiqueos, pero Schirman plantea el film desde un punto de vista muy inteligente. La historia de Carlos es también la historia de su entorno. Y su entorno, durante muchos años, fue Magdalena Kopp, también terrorista o revolucionaria, que le siguió durante todas sus intrigas internacionales.
La película nos narra la historia de Magdalena Kopp, experta falsificadora, de como llegó a estar casada con el terrorista más buscado del mundo. A medida que Kopp, quien estuvo envuelta en todas las células izquierdistas radicales de los años 70, va desarrollando también una relación con Carlos, que se encapricha e intenta acercarse a ella en un cuarto oscuro (de ahí el título) que Kopp tiene para revelar fotografía. Un cuarto oscuro será también el lugar donde se desarrolle la entrevista. Otros personajes de la época, más antiguos terroristas, jefes de inteligencia de diversos países, también nos cuentan la historia, para que podamos hacernos una composición global.
Es como una gran crónica, un informativo, un repaso a la vida de Ilich Ramírez Sánchez suponemos, para aprovechar el tirón que puede tener su juicio en próximas fechas. Repasamos la historia de Carlos, no ya como terrorista, sino como persona. Su carácter, sus decisiones, que hizo, que no.
Esto podría ser un tanto redundante, habida cuenta de que Magdalena Kopp ya publicó en 2007 un libro en el que hablaba de lo mismo, llamado Los años del terror: mi vida al lado de Carlos ya que, además de las escasas intervenciones de otros miembros del entorno de Carlos, no se cuenta nada nuevo. No obstante, la segunda parte del metraje tiene un punto de interés que va más allá de lo visto antes.
Y es que conoceremos a Rosa, la hija del ‘El Chacal’ y Magdalena Kopp, una joven que ha tenido que vivir con el peso del nombre de su padre y de las decisiones de su madre. Una chica que tiene que enfrentarse al hecho de ser hija de uno de los hombres más odiados del mundo, al que apenas conoce. De hecho, en un momento, sin verlo directamente, veremos como nos cuenta su infancia, sus recuerdos, y especialmente su reencuentro con su padre cuando va a visitarlo a prisión.
El tormento interior de Rosa le da otro punto a la película, la vuelve más dinámica, más actual, prácticamente más humana. Por lo menos supera la historia que ya escribió Kopp en 2007.
Bien es cierto que, siendo correcto, el largometraje no nos ofrece nada nuevo. Es una historia que, probablemente, ahora esté otra vez en boca de todo el mundo por la actualidad. Pero, sin tener defectos, tampoco podemos decir que sea una película que se quede en nuestra memoria una vez salimos de la sala.