La pasada edición 2020 de Punto de Vista (el Festival Internacional de Cine Documental de Navarra) parece quedar como un difuminado recuerdo tan sólo unas pocas semanas después de su celebración. Aquel ambiente con el público de la ciudad, aficionados, cineastas y prensa llenando sus sesiones en Baluarte parece cosa de otra era. Todos interesados en la no ficción, nos reunimos en Pamplona para asistir a una magnífica programación guiada por la directora artística del certamen, Garbiñe Ortega. Una ironía sumergirse en la burbuja de un festival dedicado a capturar, recrear y utilizar la realidad como materia de autoría cinematográfica, mientras en esa misma realidad se daban las circunstancias que ahora hacen imposible replicar un evento como este, ni siquiera en su diminuta escala comparada con la de otros mucho más ambiciosos y ruidosos. La ausencia de ruido es lo predominante en Punto de vista, un festival en el que el sonido de una multitud de voces diversas, originales, transgresoras y radicales, que transitan por formatos híbridos y experimentales, recientes o recuperadas del pasado, forman discursos actuales y relevantes para un cine frágil, personal y único cuidadosamente seleccionado por su equipo de programación.
Entre algunos de los nombres propios de estos días se encuentra Ben Rivers, que obtuvo con Now, at Last! el premio al mejor cortometraje en una propuesta que, como suele ser habitual en el cineasta, desafía al espectador buscando los límites de la ironía y de la paciencia en su particular acercamiento al concepto del ‹slow cinema›. Consciente de las recompensas —mínimas pero muy gratificantes— que provocan los leves movimientos de un perezoso y su contraste disruptivo con la introducción inesperada de una canción extremadamente conocida y el uso de filtros en cámara consigue en su empeño una pieza muy peculiar. Una sesión homenaje a Barbara Hammer el primer día fue uno de los momentos más especiales de Punto de Vista. Entre las obras proyectadas se encontraba Audience, un corto de 1982 en el que entrevistaba a los asistentes a proyecciones de sus películas durante la semana del orgullo gay en San Francisco. La espontaneidad de los espectadores, la pluralidad de perspectivas distintas, el vínculo que se crea a partir de la conversación con la cineasta desvelan la importancia de la representación y la necesidad de un cine creado desde y hacia lo diverso, lo oculto y los márgenes, además de revelar de forma directa la personalidad de la directora delante de la cámara.
Un auténtico descubrimiento fueron los trabajos de Anne Charlotte Robertson presentados en una retrospectiva de su filmografía y especialmente los segmentos pertenecientes a su Five Year Diary (1981-1997). Una muestra tan sólo de un monumental esfuerzo artístico de registro diario de su vida, documentando los efectos de su trastorno maniacodepresivo, sus relaciones, obsesiones y reacciones autoconscientes a su propio trabajo, sobre el que grababa audiocomentarios añadiendo una segunda, tercera o cuarta capa de significado a sus imágenes. Fragmentados, intensos, sorprendentes y un reflejo total en su forma de ensayo fílmico de su propia realidad, los rollos presentados ya desvelan una fuerza creadora incontrolable y unas cintas con estructura y estética de videodiario que bien podrían ser precedentes de las ‹stories› de Instagram de hoy en día.
Dentro del décimo aniversario de X Films se pudieron ver las películas rodadas desde el lanzamiento de ese espacio único del festival que promueve la creación sobre la región. Entre los proyectos candidatos de este año ganó el de Alberto Gracia sobre los de Maider Fernández Iriarte y Laida Lertxundi. Un ejemplo estos tres nombres de la capacidad de tracción de un festival que es foco de interés internacional de la comunidad alrededor del cine documental en su expresión más libre, innovadora y con proyección de futuro. Con estas pequeñas pinceladas y confirmando la magnífica edición que ha sido este año, sólo se puede desear que el equipo actual pueda permanecer realizando este extraordinario trabajo que llevan haciendo en los últimos años desde la capital navarra.
Crítico y periodista cinematográfico.
Creando el podcast Manderley. Hago cosas en Lost & Found.