On the Road es una adaptación plana, que carece en todo momento de la vivacidad y sensibilidad de la novela de Jack Kerouac. La cosa está clara, serán los seguidores del relato escrito quienes salgan más desencantados del cine —para variar—, ya que el cineasta brasileño Walter Salles se deja por el camino los elementos que creaban un relato electrizante marcado por unos personajes memorables que terminaron por moldear en el subconsciente colectivo a la figura del Beat, a toda una generación o incluso para algunos una forma de vida.
Lo que nos queda es una sucesión de carreteras, jazz, bellos paisajes de la América profunda, chicos inconformistas, rebeldes, rabiosos y una larga lista de adjetivos cargados de tópicos que también, habría que recordar para bien y para mal, se asocia a la generación Beat. Es decir, lo que nos queda no es mucho y como adaptación roza el desastre más absoluto —¿realmente se acerca siquiera a captar el espíritu de la novela?—.
Sin embargo, como película estamos en otro terreno. Creo que la palabra que mejor define a mis sentimientos durante la proyección fue de “fallida”. En el mejor sentido de la palabra; sin conseguir plasmar las ganas por vivir de aquella juventud acusada, no vendría mal recordar, de ser unos auténticos vagos, promiscuos y pocos patriotas por la sociedad del momento (los abuelos de los ‹slackers› y la generación X), sí que nos muestra una época de cambios como fue el paso de la década de los 40 a la de los 50 y aunque termine mostrando simplemente los rasgos más simples de aquella generación beat, estamos ante una película que siendo fallida, no deja de ser interesante.
Walter Salles no consigue crear escenas para el recuerdo y parece jugársela todo a una ‹road movie› sin fin salpicado de espectaculares paisajes. Los personajes tampoco adquieren las suficientes capas necesarias para mirar de tú a tú a la novela, pero al menos sí nos da para pasar el rato. El problema es que “pasar el rato” con el material del que se partía hará que las hordas de ‹fanboys› de tres al cuarto de Dean Moriarty y tantos otros hombres y mujeres que salpicaban constantemente las páginas del libro le prendan fuego al cine.
Seguimos con más pegas. Algunos personajes que hacen acto de presencia interpretados por ciertos actores de renombre, están no se sabe muy bien a cuento de que. En la novela confluían en cierta armonía caótica (yo me entiendo) mientras que en la gran pantalla da la sensación de estar asistiendo a varias películas a la vez y el director no termina en ningún momento de decidirse por donde tirar, lo que hace llevarse por delante buena parte del ritmo.
¿Tan mala es On the Road? No. Para muchos puede resultar decepcionante, pero personalmente le encuentro suficientes valores y aspectos reseñables como para salvarla de la mediocridad, por los pelos eso sí. ¿Y cuáles son esos aspectos reseñables? ¿O estamos en una de esas críticas que se lanza la piedra y se esconde la mano? (cuando evidentemente estamos en una de esas críticas sin pies ni cabeza de las que el autor, ‹moi›, no tiene ni idea de cómo se ha metido y menos aún de vete a saber tú cómo va a salir, de ahí que aparezcan tantos paréntesis con información estéril. haré una mala crítica, pero al menos no engaño).
Creo que, aunque convencional, tenemos bien visible la rebeldía y la furia de una generación atrapada y ahogada que busca cualquier excusa para probarse así misma y saborear las migajas de libertad que la sociedad les dejaba mendigar. Eso está y se intenta tirar de la cinta con ello y unos personajes que intuimos profundos, pero se nos muestran simples. Y no me mal interpreten, no hace falta caer en el error fácil de asociar irremediablemente personajes simples con personajes mal construidos o fáciles, pero sí que se intuye una disonancia entre lo que el director quiere que transmitan ellos y lo que de verdad son. Unos personajes, en suma, “reducidos” a unos jóvenes en una América conservadora que vislumbran el final de sus días de inocencia e ingenuidad para adentrarse en el gris y monótono mundo adulto con desigual acierto. Y lo dicho, no es poco, aunque claramente insuficiente si tenemos en cuenta además que el cineasta encargado del proyecto es quien estaba detrás de la cinta Diarios de motocicleta (2004), otra adaptación literaria con la que contaba además con su guionista habitual.
Vamos a evitar hacer mención a la complejidad de la adaptación del libro y su supuesta imposibilidad de llevarla a buen y de todos los intentos frustrados anteriormente; On the Road no es una mala película, pero no deja huella. Lo que queda bastante claro porque una semana después de su visionado a un servidor le cuesta la vida juntar dos palabras seguidas que den cierta idea del filme o que expresen alguna emoción.
No podría estar más de acuerdo con esta crítica… a la gente qué me pregunta qué me ha parecido le digo que si no han leído la novela y no saben nada de la generación beat puede resultar interesante, pero si lo has hecho, como yo, pues me parece eso que le falta emoción, chispa, y eso que no deja poso. Un conjunto de estampas bonitas y un buen reparto, pero ya está. Una pena, la verdad teniendo unos personajes de los que se conoce tanto (estando basados en personas reales y encima relevantes de la historia) no haber sabido trasladar lo que representaban a la cinta.
Es una lástima. Walter ya adaptó algo tan icónico y siempre con la eterna etiqueta de «inadaptable a la gran pantalla» como fue Diarios de Motocicleta, con el mismo guionista que ahora, pero la jugada parece no haberse repetido. Como decías, buena peli sino se sabe nada de la generación beat (de la que no me declaro ni particular entusiasta ni especialmente informado, habría que aclarar; lo mío es el realismo mágico de las pelis balcánicas :p ), pero poco más.
Joder, muy buena la página http://www.tokioblues.com. Le estoy dando un vistazo y es genial. ¡Felicidades!
¡Muchas gracias! La verdad es que llevamos poco tiempo con ella, e intentamos ir mejorando cada día, pero para enhorabuena a vuestra página, de la que me declaro fan porque hacéis una recopilación de críticas y repasos a directores que da gusto entrar por aquí. Diarios de Motocicleta no la he visto, pero lo haré a ver si Salles esta vez me convence ;) ¡Un saludo!
Bueno no se le puede pedir mucho al cine, si hasta William Burroughs dijo alguna vez que la mayor limitación que podía tener el cine era la palabra o algo así, no recuerdo muy bien. Algo que hizo bien quien adaptó la novela fue quien lo hizo, porque la historia sigue paso a paso a los personajes vamos, que los muestra tal y como fueron, lo que si yo creo no se hizo del todo bien fue la caracterización o como se llame a la manera en la que interpretaron a los personajes, hay otra y esa lo hizo mejor, como que los mostró un poco más cerca de la realidad que fueron. Pero para alguien que como alguien aquí mismo dijo, que no haya tenido ni ápice de conocimiento sobre lo que se está narrando sería una buena fuente de información, sería algo así como si a esa persona le preguntaran si sabe algo de los beatniks y dijera: «si, creo que ví una película sobre eso»…