Journal 64 posiblemente no pasará a la historia del cine. Aunque esto suene a obviedad y a comentario no precisamente positivo, no estamos ante un producto especialmente destacable en lo negativo, sino más bien ante un thriller rutinario, funcional, cuyo objetivo es servir de entretenimiento básico, cosa por otro lado que consigue sin dificultad, y es equivalente a su referente novelístico, es decir, de lectura de aeropuerto, fácil y olvidable.
Estamos ante un caso de investigación, de resolución de crimen que se mueve en los parámetros habituales de esta clase de films nórdicos: fríos, con gusto por la morbidez en los asesinatos investigados y una pátina de apunte social que le dé contexto al tema tratado, siendo en este caso el racismo, la discriminación de la mujer y la eugenesia el foco de atención de la trama.
Con un arranque potente rápidamente se nos pone en materia, cosa de agradecer, sin obviar la intrahistoria de los personajes, sus motivaciones y sus relaciones personales. No obstante la sensación es que se confunde la voluntad de ser trepidante con el atropellamiento de eventos: muchas cosas se suceden sin solución de continuidad con el resultado negativo de no entender ciertas tomas de decisiones. Aunque, también hay que decirlo, funciona por resultar más fácil entre tanto dato colar las más que presumibles trampas de guión.
Es de agradecer la voluntad de atrapar al espectador aunque se intuye que se trata más de un recurso ante la ausencia de empaque que a la voluntad de crear estructuras formales conscientes. Algo que se nota especialmente en su segunda mitad, con vueltas y vueltas sobre el mismo punto y en un desenlace caótico donde cualquier norma de la lógica como desplazamientos, ubicación y motivaciones saltan por los aires, como si se necesitara imperiosamente escapar del callejón sin salida argumental, aunque sea a costa de cualquier atisbo de consecución orquestada de eventos.
Dejando de lado estas apreciaciones, resalta además una factura que acerca a Journal 64 peligrosamente al telefilm algo inflado de presupuesto con ínfulas de ser algo más. Una característica esta que en cierto modo también perjudica al film al dotarle de una presunta seriedad estética de calibre que se va descubriendo como mero envoltorio de celofán brillante que tape de alguna manera lo simple de su factura.
No todo son malas noticias. Decíamos que el objetivo era crear un thriller emocionante, de fácil acceso, con algún apunte histórico de interés sobre la sociedad danesa y de poca o nula trascendencia y en eso Journal 64 cumple sobradamente con las expectativas generadas. Una película pues destinada a ser aquello que se podría considerar un film de tarde de domingo, un matatiempos sin más, que seguramente gustará a los fans de lo que podríamos llamar thriller nórdico sin entusiasmos exacerbados. Un película tan aseada como inane, tan visible como olvidable. Como un piloto largo de una nueva serie de Netflix anunciado a bombo y platillo sin necesidad de ello. Verlo, disfrutarlo (moderadamente) y poca cosa más que ofrecer.