Una de las grandes triunfadoras de la Berlinale 2013 ha sido la película bosnia An Episode in the Life of an Iron Picker, del director y guionista Danis Tanović, que fue la única que se hizo con dos galardones: el Gran Premio del Jurado, y el de Mejor actor para el debutante Nazif Mujic. Rodada en clave de documental, Tanović, director muy socialmente comprometido con la situación de su país, vuelve a centrarse, como es habitual, en el drama que allí se vive, pero esta vez no situándose en pleno conflicto bélico, sino centrándose en las consecuencias que éste ha generado a través de, como el propio título indica, un fragmento de la vida cotidiana de un hombre trabajador, casado y con dos hijas, que tienen que luchar por sobrevivir cada día como pueden.
Basada en una historia real, en un remoto y helado pueblo de Bosnia, Nazif y su mujer Senada esperan con ilusión la llegada de su tercer hijo. Sin embargo, cuando la mujer empiece a tener molestias muy serias, descubrirán que el feto ha muerto, y necesita ser operada de urgencia. Pero al no tener seguro médico, la familia debe pagar una importante suma de dinero que no tiene, o no se le realizará la operación. Comienza entonces una carrera a contrarreloj para poder encontrar una solución y salvar la vida de Senada. Tanović vuelve a sus orígenes como documentalista con una película pequeña y directa, un violento uso de la cámara en mano, y una absoluta exclusión de cualquier elemento externo, como pueda ser la música, para acentuar el hiperrealismo.
Sin embargo, según avanza la película, podemos observar que no es tan objetiva como aparenta, sino que realmente manipula visualmente al espectador (esos primeros planos para dar mayor dramatismo a las situaciones, bastante innecesarios). Tanović parece no tener claro a veces hacia dónde quiere conducir su película, ya que casi todo el tiempo pretende ser un documental absolutamente realista, pero a veces se le escapan retazos demasiado “peliculeros”. En ocasiones llega a ser un drama demasiado auto-condescendiente, la historia ya es lo suficientemente dramática como para tener que incluir frases del tipo «Señor, ¿por qué siempre te ensañas con los más pobres?», que quedan forzadas y exageradas, al igual que algunas situaciones (¿De verdad, justo en el momento más crítico, se les tiene que estropear el coche?).
Por otro lado, en lo que respecta al reparto y al premiado “actor” Nazif Mujic, nos surgen ciertas dudas, ya que Tanović quiso que los protagonistas de la película fueran la familia real que pasó por esa situación. La cuestión es que Mujic, al igual que casi todos los personajes que intervienen en la película, hace de sí mismo, y por tanto, no interpreta. ¿Hasta qué punto es justo, entonces, que este trabajo sea galardonado en un Festival de Cine? Es un personaje con el que se empatiza y se pasa mal con la odisea que vive para salvar a su mujer, pero tampoco tiene mayor complicación que la de recrear situaciones por las que él mismo ya había pasado.
Podemos imaginarnos por tanto que An Episode in the Life of an Iron Picker ha sido una de las cintas con más éxito en el Festival por motivos humanitarios más que por su calidad puramente cinematográfica, que si bien la tiene, no es superior a muchas de las demás películas que se presentaron en la Sección Oficial. Aún así, es una historia muy dura que merece ser contada, ya que a veces es necesario que nos recuerden las situaciones por las que pasa gente igual a nosotros, situaciones que, ahora mismo, nos parecen marcianas, pero que no están tan lejos como pensamos. Tal vez Tanović no nos lo cuenta con toda la sinceridad que podríamos desear, pero, desde luego, es de visión imprescindible para cualquiera que se interese mínimamente por los problemas que ocurren en el mundo.