Wim Wenders vuelve para explorar de nuevo el terreno del documental tras el reconocimiento obtenido con Pina, el homenaje del bávaro a la coreógrafa y bailarina Pina Bausch, y en esta ocasión une fuerzas al también cineasta Juliano Salgado (Paris, la métisse) para llevarnos de la mano de quien, precisamente, es padre del cineasta de origen brasileño: el fotógrafo Sebastião Salgado (en la imagen, junto a Wenders).
En Shade and Light, Wenders y Salgado hijo proponen descubrir un mundo todavía ajeno a las miradas y manos de la civilización moderna. Así es como nos embarcamos en una increíble aventura hacía los lugares más vírgenes del mundo. Juliano le pregunta a su padre sobre la obra que se convirtió en una forma de vida pese a la lejanía mantenida con su familia. Pese a la tensa y vacilante relación entre padre e hijo, ambos redescubrirán el vínculo perdido de su relación a la par que hacen lo propio con una ancestral naturaleza repleta de criaturas míticas y comunidades humanas aisladas del resto del mundo.
De este modo, la película nos lleva al corazón de la Amazonia junto a una tribu indígena, nos hace viajar a la isla de Wrangel, en Siberia, nos muestra la Papúa occidental y los exuberantes pantanos de la región de El Pantanal, en Brasil a través de una de las pasiones de Wim Wenders y la base de su trabajo como cineasta: la fotografía. En definitiva, Shade and Light nos lleva a un encuentro donde Sebastião Salgado, un hombre que también ha dedicado su vida a las imágenes, refleja su punto de vista sobre el mundo.
Con una producción ya iniciada, habrá que ver en que deriva este nuevo documental de Wenders, que posee una pinta realmente fantástica.