Durante más de 20 años la fotógrafa Maya Goded ha estado trabajando con un grupo de mujeres dedicadas a la prostitución en las calles de La Merced en México. En este tiempo y tras varios trabajos se han generado los lazos de confianza, que han permitido a la directora realizar su primer documental Plaza de la Soledad. Un retrato sobre estás mujeres, donde no es Goded quién nos habla, sino ellas mismas las que han conseguido relacionarse con la cámara con total naturalidad para contar su historia. El documental acompaña a cuatro mujeres de entre 50 y 80 años, capturando sus miedos y esperanzas. La mezcla del drama de sus vidas con el humor y la fuerza que desprenden estas mujeres, que han terminado por convertirse en una familia donde entre todas se protegen de la dura realidad. Con esta obra Maya Goded ha conseguido entrar dentro de esta familia para mostrarnos el interior de cada una de estas mujeres, compartiendo con el espectador los vínculos de confianza que existen entre ella y las mujeres.
Plaza de la soledad, con esta paradoja como título Goded nos sumerge en el estado emocional de estas mujeres. Todas llegaron al mismo lugar tras una infancia donde fueron víctimas de violación, maltrato o rechazo familiar. Juntas intentan superar los fantasmas del pasado, apoyándose mutuamente, siendo confesoras de sus miedos. La fuerza de estas mujeres hermanadas por su pasado, crean un fuerte sentido de comunidad por el cual se fortalecen. Buscan una relación emocional y de afecto en sus parejas y compañeras, mujeres que buscan encontrar algo parecido a la felicidad, que intentan salir adelante día a día, sin avergonzarse por un momento de como pagan las facturas. Son madres, abuelas y amantes con problemas muy similares al resto de mujeres: salud, amor, machismo. Vidas rotas que han empezado a reconstruir entre todas, refugiándose por momentos en supersticiones, curanderos y cartas que les ayudan a espantar los fantasmas del pasado. Estas cuatro mujeres se niegan a aceptar la soledad y luchan por encontrar el amor y la felicidad.
Maya Goded profundiza en la vida de cuatro mujeres, pero realmente está hablando de muchas otras. Un gran trabajo a nivel etnográfico, pero también desde punto de vista fotográfico donde genera colores cálidos y encuadres que introducen al espectador en la intimidad de los personajes. Introduce cuidadosamente al espectador en esos momentos mientras se duchan, se tumban en la cama y se dan la mano y practican un striptease. Con un predominio de planos abiertos Goded nos permite construir un retrato de estas mujeres y el entorno con el que se relacionan. Imágenes preciosas que muestran una realidad invisible para muchos, pero que gracias a esta obra las historias de estas mujeres serán contadas.
Como ganadora del premio en la sección oficial de documentales internacionales del Festival de Sundance, Maya Goded da voz a aquellas personas que no la tienen, esas historias que no vemos pero que tienen mucho que decir. En Plaza de la soledad se aprecia la necesidad de estas mujeres de contar su historia, la necesidad de comprensión, de formar parte de la sociedad y dejar de encontrarse aisladas en esa plaza, escapar de la soledad. La directora con ha conseguido hacer visible a estas mujeres, para que por fin puedan ser escuchadas. Presentada en esta edición de DocumentaMadrid el largometraje se funde entre un profundo aplauso hacía la historia estas mujeres, que han conseguido emocionar al público por su humanidad y su fuerza.