Alberto Morais presenta el fin de su trilogía sobre el abandono con su último largometraje, donde vuelve a centrar la atención en la soledad del protagonista, en esta ocasión un joven que no encuentra a su madre, aunque la mujer que dice serlo, se encuentre enfrente. Esta trilogía que empezó con su obra Las olas y continuó con Los chicos del puerto culmina con La madre. En estas tres obras se refleja la historia de un niño, un adolescente y un anciano, todos reciben el nombre de Miguel y tienen que hacer frente al abandono y la soledad. En uno de sus viajes a Moscú Moráis quedo impactado por los niños que empezaron a vivir dentro de las estaciones de metro al desaparecer la URSS. Estas historias fueron reflejadas por Hanna Polak y Andrzej Celinski en Los niños de la estación de Leningradsky donde denuncia el abandono en Moscú de aproximadamente 30.000 niños que viven en escaleras, cubos de basura y estaciones de metro.
Inspirado por las imágenes en el metro de Moscú, vuelve a España con la idea de rodar La madre un largometraje basado en la vida de Miguel, un chico de 14 años que vive bajo la amenaza permanente de terminar en un centro de acogida. Su madre inestable y sin trabajo no le da ninguna muestra de aprecio, mientras él asume el papel de un adulto encargándose de su vida y también de la de su madre. Ante la constante mirada de los servicios sociales, Miguel se ve obligado a desaparecer un tiempo trasladándose a un pueblo cercano a buscar refugio en casa de Bogdan, un ex-amante de su madre con él que no se habla. La situación con Bogdan y su hijo es insostenible y mientras su madre no da señales de vida, sumiendo al protagonista en un clima de desesperación en el que no encuentra salida.
Alberto Morais busca testimoniar el contexto socio-político de España, donde la inestabilidad económica desestabiliza la vida de las familias, como en el caso de Miguel que tiene que buscarse la vida con pequeños hurtos, vendiendo pañuelos en los semáforos y pidiendo el bocadillo a sus compañeros de clase para poder sobrevivir. Con 14 años se ve obligado a tomar el papel de un adulto, destrozando su espalda en trabajos que implican gran esfuerzo. La búsqueda de aprecio de una madre que es incapaz de implicarse en la vida de su hijo. La madre muestra la búsqueda desesperada de afecto de Miguel, que tiene que afrontar la vida en un contexto de crisis donde la única opción que le ofrece, es acabar encerrado en un centro de acogida
El nuevo largometraje de Alberto Morais formara parte de las obras que reflejaron el contexto actual en España. Un drama social que recuerda a Techo y comida de Juan Miguel del Castillo o la obra de Daniel Guzmán A cambio de nada. Un conjunto de obras que buscan servir de testimonio, sobre la situación que viven muchas familias en España, para abrir los ojos a los que desconocen estos dramas y para servir de memoria a las generaciones futuras. Con un estilo que recuerda a las obras de Ken Loach que a pesar de poder resultar en ocasiones simples a nivel narrativa y estético, cobran gran importancia al plasmar dramas humanos, desconocidos para muchos, que necesitan ser recordados.